En un gesto de notable honestidad y buen corazón, un empleado de la empresa Veolia demostró que la integridad y el buen gusto por hacer lo correcto todavía existen.
Anderson Fabián Riascos salió desde muy tempranas horas de la mañana del barrio Cundinamarca de Cúcuta con rumbo a su trabajo para cumplir con su deber como operario de barrido, sin embargo, cuando se movilizaba por el barrio San Martín, encontró un celular en la calle.
En lugar de ignorar el objeto perdido o intentar aprovecharse de la situación, el trabajador decidió emprender la búsqueda del propietario del celular.
“Cuando encontré el celular empecé a buscar la manera de devolverlo, aproveche que no tenía ningún tipo de bloqueo y llamé a algunos contactos que tenía agregado, pero nadie me contestó, yo creo que por la hora, ya que fue aproximadamente a las 5:30 de la mañana”, relata.
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Frente a la situación, Riascos decidió grabar el celular mostrando algunas características del teléfono y enviarlo a diferentes familiares y medios de comunicación con el objetivo de encontrar al propietario.
Gracias a su dedicación y esfuerzo, el dueño del dispositivo fue localizado y pudo recuperar su teléfono, que contenía información personal y profesional de gran importancia.
“Al final apareció don Gregorio, el dueño del celular y se logró entregar el teléfono, él me agradeció”, detalla.
Este noble acto no solo devolvió a una persona su pertenencia, sino que también resaltó la importancia de la honradez y el compromiso con la comunidad.
El operario de Veolia no solo cumplió con su deber laboral, sino que fue más allá, demostrando que los pequeños actos de bondad pueden marcar una gran diferencia en la vida de alguien.
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