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Basilio Villamizar publica libro de su carrera política
El dirigente nortesantandereano revela hechos relevantes de su vida pública y y apartes de su vida diaria.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Lunes, 19 de Septiembre de 2022

Basilio Villamizar es un político de carrera. En buena parte de esa travesía tuvo protagonismo en el Partido Liberal y desde su departamento natal, Norte Santander, ejerció un liderazgo que lo llevó a Concejos, la Asamblea Departamental y la Cámara de Representantes. Fueron los escenarios, además de la plaza pública, desde los cuales expuso sus ideas y se declaró partidario de los intereses populares. Pero por disentimiento con su colectividad decidió compartir tolda con el expresidente Álvaro Uribe y allí en el Centro Democrático ha continuado su ejercicio público.


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De lo vivido en la política Basilio Villamizar decidió hacer su libro de memorias. Se dedicó a escribirlo con puntualidad y ya lo publicó con el título “Cabalgando desde lejos/Trazos históricos”. Es la revelación de sus actos de dirigente, que le permitió relacionarse con personas de los diferentes sectores, con partidarios y adversarios, con amigos y distanciados. Lo que su existencia le fue deparando y lo que él mismo construyó como resultado de su tránsito pensado para ser quien es.

Del talante de Villamizar hay que destacar su temple tolerante frente a lo que piensan los que no están de su lado. No es sectario y departe con tranquilidad con quienes lo controvierten. También tiene afecto por la región en que creció y le abrió caminos para sus quehaceres existenciales.

La publicación de sus memorias puso una vez más a Basilio Villamizar en contacto con la gente. Lo encontramos en la Fiesta del Libro, donde se hizo la presentación de su obra, por la cual recibió aplausos, aun de quienes todavía no la han leído. En el acto estuvo acompañado de su prologuista César Camargo y de su amigo Pedro Marún. En esta misma oportunidad respondió las preguntas que surgieron tras el hecho de la novedad e su libro.


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¿Su libro ‘Cabalgando desde lejos’, es un testimonio de toda su carrera política o se reservó algunos hechos que pudieran tener también interés público?

No sólo de mi carrera política. En él narro vivencias de mi niñez, de mi cotidianidad y de mis pasiones. Seguramente se me quedaron muchas anécdotas en el tintero pero no se me vinieron a la memoria en el transcurso de la narración del libro. 

¿Hoy qué visión tiene de la política?

Que dejó de ser política porque el interés particular prima sobre el general y por supuesto perdió su esencia. Hoy todo se negocia y la discusión sobre los temas álgidos del país desaparecieron del Congreso.

¿Qué lo distanció del Partido Liberal?

El que la Dirección Nacional del Partido Liberal haya convertido los estatutos en letra muerta, los haya interpretado a su amaño y puestos al servicio de un grupo de privilegiados.

¿Cómo ve las posibilidades de un cambio en Colombia, según lo ha propuesto el presidente Gustavo Petro?

Pertenezco al 50 por ciento de los colombianos que no comulgó con los cambios propuestos por este gobierno y me preocupa que muchas de las reformas que se están presentando ante el Congreso Nacional, caso concreto por lo pronto, el de la tributaria, tengan muchas iniciativas que violan la Constitución Nacional.

¿A qué atribuye usted que en 200 años de la república no se haya consolidado un Estado que garantice una sociedad menos desigual y que le de prioridad a la paz?

-La palabra paz, la han convertido en Colombia en una bandera electoral para ganar adeptos y hasta para conseguir Premio Nobel. Reconozco que se han hecho esfuerzos en todos los gobiernos, pero han chocado con la intransigencia de los alzados en armas que utilizan la paz para seguir en el negocio del narcotráfico, paralelamente enquistarse en la administración pública y sacar provecho de los actos de corrupción, convertidos en el mayor flagelo contra nuestra institucionalidad democrática.


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¿Siente nostalgia política?

-No, porque la he seguido ejerciendo a mi manera desde el callejón (en términos taurinos). Ese es el sitio de la plaza de toros donde se ubican los apoderados y los narradores para ver la corrida, analizarla, comentarla y hasta dar consejos a los toreros que están debutando. Nunca he sido indiferente frente a los debates electorales hasta la presente, tanto en el orden regional como el nacional.Estoy de acuerdo con quienes dicen que los verdaderos políticos nunca serán ex políticos.

¿Cuál es su percepción de Norte Santander?

- Norte de Santander fuera uno de los más importantes departamentos del país, si los gobiernos nacionales y departamentales y la clase política desde hace mucho tiempo, entre los cuales me encuentro, le hubiéramos puesto todo nuestro empeño al desarrollo de la región del Catatumbo. Eso permitió que esa región se hubiera convertido en el gran fortín que hoy es para el narcotráfico y los alzados en armas. Pero hemos guapeado y hoy por hoy a pesar de las dificultades en cuanto a la inseguridad, el desempleo, la migración y la desidia administrativa somos un departamento viable económicamente.

¿Está del lado de la reactivación de la frontera y del restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela?

-Voy a ser el malo de la película. Para que ocurra la reactivación se necesitan dos. En este caso el gobierno, o mejor desgobierno de Venezuela, ha dado muestras hasta la saciedad de incumplir los compromisos que adquiere en todos los órdenes y con todos los países, propio de los gobiernos dictatoriales y por lo tanto me declaro escéptico de la reactivación de la frontera institucionalmente, mientras no haya un cambio de régimen en el hermano país.

¿Admite las divisiones e derecha, centro e izquierda en la política?

-Claro que las admito, nada más perjudicial para los partidos políticos y para la democracia que el unanimismo. Me río de los que critican la polarización, como si el pueblo no tuviera derecho a disentir.

“Aristóteles disintió de su maestro Platón.”

¿Le faltó por hacer algo que le preocupe?

-Todos los días tenemos un afán que nos preocupe y lo que sea menester lo haré para recuperar la tranquilidad perdida.


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Fragmento del prólogo de César Camargo Ramírez

En las memorias se entrelazan vanidades, ajustes de cuentas, anécdotas, algunas irritantes, y, sobre todo, muchos silencios. Emplazado desde la trinchera de actor o analista, Basilio esculca en las cavernas de la memoria para exponer a vuelapluma interesantes escenas del microcosmos político de Norte de Santander y del país, en las últimas cinco décadas. Se palpa el cambio del esquema bipartidista antes de la Constitución de 1991 a la Colombia actual, fragmentada y diversa, como corresponde a una sociedad que aloja en su seno manifestaciones jóvenes con mirada global, descreencias en las instituciones y un campo de la vida humana que no logra obtener la responsabilidad debida ni jalonar los necesarios cambios del país.

El amplio arco del libro va desde el ambiente bucólico de Labateca al Capitolio Nacional, y desde su equina actual apela a la escritura para contar su versión. Sus líneas rezuman política y, obviamente los vaivenes del poder. Desde los altibajos y giros de la vida del autor, nos deja un tapete de base para conocer, recordar, analizar y evaluar la reciente historia política local y nacional.

La acostumbrada historia de los próceres no refleja la dinámica de una sociedad, por eso las historias locales son necesarias para completar el mapa de una época, de la región y del país. Ojalá que otros actores se animen a contar sus vivencias para armar el mapa de la nortesantandereanidad.

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