

Refleja paz interior, esa que encontró después de superar un triple salto mortal sin morir en el intento.
Luz Amparo Reyes Sierra, la que partió de Pamplona a los 15 años a Bucaramanga a estudiar Ingeniería Industrial, regresó a Cúcuta, procedente de Estados Unidos, 20 años después, convertida en coach espiritual y de vida. Su testimonio se escuchó en dos conferencias que dictó en la Fiesta del Libro con una audiencia ávida de querer encontrar esa esquiva tranquilidad. Y de la que habla con propiedad después que le diagnosticaran una enfermedad incurable. Buscó en su interior todas aquellas reservas que tenía de positivismo y de fe y se dijo: “un momentico: si yo estoy acá, hospitalizada, no es porque sí. Tengo que agradecer que estoy empezando a vivir un testimonio. Comencé a ver el amor en los que me ponían catéteres, en los que me inyectaban, en los que me sacaban la sangre, en los que me hicieron el trasplante de médula, en las que aseaban la habitación”.Desde entonces dejó a un lado a la mejor gerente, a la dueña de empresa, a la madre y esposa. Y asumió el cambio porque “si uno no cambia no puede esperar
un mundo en paz”. Ha estado leyendo, estudiando y compartiendo técnicas de desprendimiento, de actitud positiva, de búsqueda de la paz interior. Ha enfrentado retos de todo tipo, desde el área económica, familiar y personal, y todo ello la han llevado a escribir un libro que agotó su primera edición y que presentó ante los cucuteños.La pamplonesa hizo un curso de milagros, que traduce en entrenamiento mental para “desarrollarnos espiritualmente y desapegarnos de las necesidades materiales de tener y de hacer”. La ayudó a desapegarse de las creencias erradas y ganarse la paz interior. Porque puede que sea millonaria, pero no dependo de eso para ser feliz. Puede que no tenga nada, pero no dependo de cosas para ser feliz.
Aprovechó para aclarar que no dependemos de una firma en La Habana para asegurar que logramos la paz. “Ese es simplemente un acuerdo, con un intento de llegar a una cesación, de violencia y agresividad. Pero el nombre paz no estoy de acuerdo como lo están manejando porque creo que la paz es un concepto mucho más amplio”.
Se definió como una persona que quiere reinventar su vida llevando mensajes de paz por el mundo, “de hacernos entender que hemos ido corriendo detrás de la felicidad cuando la felicidad está en cada uno”.