Do, re, mi, fa, sol, la, si, do...
Los sonidos de estas notas en escala retumbaron en el salón de música de Arboledas. Varios curiosos se acercaron para ver qué sucedía y tal fue su sorpresa cuando al interior vieron cerca de 50 niños y jóvenes atentos, que con instrumento en mano intentaban seguir el ritmo que el maestro les marcaba.
La sorpresa no fue el sonido ni el docente, sino la unión, pues desde hacía varios meses no veían a los niños de las dos escuelas de ese municipio ensayar en un mismo escenario. Las discordias murieron ese sábado y domingo, 11 y 12 de julio, para algunos, y quedó el amor por el arte y el tesón de unos padres que preocupados por la educación de sus hijos, decidieron revivir la música.
No hubo política, no hubo envidia entre los niños. Sólo cultura hecha con esfuerzo.
*Karina Judex Balaguera | Laopinion.com.co
Otros, que intentaron opacar el evento, solo consiguieron opacar las ilusiones de unos niños, quienes por discusiones políticas fueron obligados a no asistir al taller. Les quitaron los instrumentos y los devolvieron a casa. Pese a ello, las clases avanzaron y los mismos organizadores les aseguraron que las puertas siguen abiertas para cuando quieran ir a aprender.
Un ejemplo de cultura
En ese mismo escenario, se congregaron niños de otros dos municipios de Norte de Santander, Lourdes y Salazar, que animados por aprender participaron del primer Máster Class Woods and Brass, que se hace en este departamento.
“Qué esto se convierta en un ejemplo de trabajo integral, de esfuerzo en conjunto, de integración del talento humano y del querer hacer para todo el departamento”, dijo Jesús Alonso Combariza, exdocente de música de la escuela de formación Eliseo Moreno de Arboledas e ingeniero químico.
Además aseguró que los niños y jóvenes de las escuelas de música de Arboledas, Salazar y Lourdes convergieron en torno a las notas musicales de sus instrumentos, con un solo objeto: “saber ser, saber hacer y saber aprender a través del arte, camino ideal hacia la paz y el desarrollo cultural en toda su pureza”.
El evento fue organizado y gestionado por Combariza y la Asociación Músico Cultural de Padres de Familia de Arboledas, quienes tras meses de preparación lograron concertar con las Fundaciones Incolmotos-Yamaha y Artenor, para que patrocinaran el Máster Class, porque no hubo apoyo ni de la Secretaría de Cultura departamental, ni de la mayoría de los gobiernos locales. Pese a ello, El taller de entrenamiento fue gratuito y el trabajo de sol a sol.
“El evento, auspiciado con recursos privados de la Fundación Artenor, Fundación Incolmotos-Yamaha, y la Asociación Músico Cultural de Padres de Familia de Arboledas, se ha convertido en una luz y un referente por excelencia frente al oscurantismo cultural en el que está sumido nuestro departamento por culpa de la inadecuada política reinante en toda la región”, aseguró Combariza.
Dos maestros, Jhonny Moreno de Artenor y Andrés Ramírez de Yamaha Musical y la Fundación Incolmotos-Yamaha, llegaron a este municipio para enseñar nuevas técnicas de afinación, respiración e interpretación. Todas ellas usadas la noche del ensamble global, el concierto de integración y el concierto de clausura.
Además de un maestro Luthier que trabajó incansablemente durante los dos días de taller, para dejar a los niños unos instrumentos en óptimas condiciones, y lo mejor, gratis.
Al final, el pueblo se congregó para apreciar el concierto. Los aplausos y el orgullo de los padres se hizo notar. Fue un fin de semana productivo para la cultura.
Un mensaje Raúl Jabba, director de la Fundación Artenor, los llenó de alegría: "son un ejemplo de sacrificio y tenacidad por no permitir que las adversidades los superen. Muchas Gracias por la manera como nos atendieron, por brindarnos gran afecto y calor humano, pero sobretodo por mantener vigentes estas costumbres y espacios tan necesarios para el desarrollo del arte y la cultura de nuestro departamento. Que viva la música”.