Hoy cuando los niños y jóvenes, junto a sus padres, están en casa viendo pasar las horas y los días sin encontrar nada atractivo para hacer, la lectura se convierte en una posibilidad de entretenerse diferente a los dispositivos electrónicos como el televisor, computador, celular o videojuegos, que suelen ocupar buena parte del tiempo.
Leer entonces se presenta como una de las actividades fundamentales para sobrellevar esta situación de angustia y desesperanza, ante la actual pandemia.
Según la escritora cucuteña Annji Morantes Vaca, en cuarentena no debemos salir, pero podemos hacer trampa con los libros “viajar con Julio Verne; encontrarnos con Sancho Panza y don Quijote en La Mancha; viajar a Isla Negra para hablar con Neruda; viajar por el mar; conocer la Roma y la Grecia antiguas. Es decir, gracias a los libros, podemos viajar sin contagiarnos del virus”.
Agrega, que si le robamos diez minutos a la televisión, diez a las redes sociales y diez al aburrimiento, podemos dedicarle esa media hora a un libro y salimos ganando por partida doble: nos ilustramos en algo y encontramos una buena compañía.
El escritor Isaías Romero sostiene que no es cierto que los jóvenes o los niños y niñas no leen, explicando que si algo ha quedado demostrado con el tema de las sagas literarias o de aplicaciones como wattpad es que sí están leyendo. Muy probablemente no libros físicos o las cosas que los adultos quisieran, pero las presentes generaciones leen y leen en otros formatos.
“Eso también es lectura, así como quien lee la música, el cine, la naturaleza, los gestos de las personas. El problema radica en que tenemos una deuda con ellos, desde los procesos escolares no hemos enseñado debidamente a leer bien ni libros ni mucho menos estos formatos que requieren más que nunca de mejores habilidades para ser interpretados”, según Romero.
Al tiempo indica que la lectura ha evolucionado. “De la misma manera yo creería que es más que indispensable, y en momentos como los actuales, contrario a lo que muchas veces se afirma, hoy como nunca antes requerimos de docentes, de padres, de adultos mediadores comprometidos con que las generaciones futuras lean y lean mejor. El desastre de haber abandonado ese proceso lo podemos ver hoy en miles de ejemplos que circulan en las redes sociales”
La lectura volvió a ser una opción de entretenimiento como lo fue hace décadas y como siempre lo ha sido. Los promotores de lectura son los docentes, quienes han sido el sostén espiritual de tantos niños y niñas encerrados. “Leer lejos de las pantallas fue para muchos un bálsamo, un aliciente. Habrá que ver cuántos lectores quedan luego de todo esto y qué tanto aprendimos sobre el impresionante valor de la lectura hoy” sostiene Isaías Romero.
La mejor experiencia
En palabras del periodista Cicerón Flórez, la lectura no puede reducirse a un hábito ocasional, ni a un ejercicio excepcional con ínfula elitista. Es una fuente de conocimiento y contribuye al desarrollo cultural en lo individual y en el conjunto de la comunidad. Es una suma de beneficios que se expresan en la cotidianidad de la existencia humana. Es el hilo con el cual se tejen los saberes para el goce particular o generalizado.
Con la lectura se fortalece el intelecto y por consiguiente se amplía la comprensión de todo cuanto tiene relación directa con la existencia. Entonces, la lectura debe hacer parte de la vida activa, donde el libro es un valioso aliado y conviene tenerlo como acompañante siempre.
El también periodista Renson Said dice que la pandemia de la COVID-19 ha modificado los hábitos del ser humano. Y uno de los aspectos positivos de este cambio, es, sin duda, el renacimiento masivo de la lectura. “¡Y enhorabuena! Porque la lectura saca al hombre de su existencia larval y lo obliga a cuestionarse y a cuestionar su entorno. Leemos para buscar otros mundos distintos al que vivimos, para experimentar otras vidas, para ser otro. La importancia de la literatura radica en ese misterio: impide la autocomplacencia, el inmovilismo y nos conduce hacia la rebelión”.
¿Qué leer entonces? Lo ideal –dice- sería que cada quien se dejara guiar por la curiosidad. Pero, mientras lo piensan, recomienda hojear el Decamerón, de Boccaccio, para que se diviertan con las historias de 10 jóvenes que huyen de la peste bubónica y se dedican a narrar historias eróticas y de todo tipo, para sobrellevar la pandemia.
“O las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain, una novela que nunca pasa de moda porque sus temas son eternos: el amor, la amistad, la vida adolescente, las aventuras. Y para terminar, El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez. Una novela que, como su título lo indica, es de una actualidad asombrosa y se puede leer a cualquier edad”, añade.
Con un poco de humor, característico del poeta Gustavo Gómez Ardila, los libros sirven además para trancar las mesas chuecas, llenar estantes vacíos, dar la apariencia de intelectuales, venderlos en librerías de segunda en épocas de crisis, pero también para donarlos a las bibliotecas públicas, con foto de por medio, de pronto para ser leídos.
Un poco más formal, la docente Miriam Támara, nos dice que para la educación es fundamental, ahora y siempre, la competencia lectora que permite potenciar la imaginación y nos convierte en soñadores. Cuando un niño lee saca la mejor versión de sí mismo. “Un libro le lleva a la trascendencia. Porque leer es amar, es perdonar, es quedar marcado de por vida por una frase, una palabra, un autor, un final, un reto. La lectura también ordena. Es el mejor ejercicio de concentración y atención” dice.
Argumentar
Es reconfortante mantener un hábito de lectura ya que le brinda la oportunidad al niño de identificar palabras y conceptos. Les ayuda para ampliar su oratoria y el buen uso de la escritura. Los hace más seguros de sí mismos a la hora de plantear una idea, expresar su opinión y argumentar.
Támara agrega que leer antes de acostarse es conectarse con las generaciones, es el vínculo eterno con tu padre, madre, abuelo y abuela.
Para finalizar, también es válida la experiencia del historiador Fernando Velandia, quien en su natal Durania, estudiando en la escuela de varones Francisco José de Caldas, se enamoró de la lectura repasando las cartillas para niños y recitando de memoria cortos poemas para Centros Literarios e izadas de bandera.
Este hábito nunca lo abandonó porque considera que la lectura ayuda a obtener conocimiento, a ser mejores personas y a comunicarnos mejor con nuestros semejantes.
La lectura en la virtualidad
La Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, una vez decretada la pandemia a comienzos de 2020, se dio a la tarea de iniciar acciones para extender sus servicios a la virtualidad y así mantener vigente su objetivo de promover la lectura y escritura en niños, jóvenes y adultos en Norte de Santander.
Así surgieron iniciativas digitales pensando en cada integrante de la familia; para los más pequeños se difundió en redes sociales contenido en formato de video promoviendo lecturas infantiles para compartir en casa, del mismo modo se hizo recomendaciones de lectura para jóvenes y adultos, recuerda el director de la institución Julio García Herreros.
Una de las actividades con mayor impacto durante el confinamiento fue la primera versión del Concurso Departamental Booktubers, que se ejecutó a través del convenio “Lee, imagina y crea” con la caja de Compensación familiar Comfanorte.
¿Cuáles son los libros que más se han vendido en enero y que más están leyendo los colombianos?
En Buscalibre las 5 categorías más vendidas y los libros que ocupan el primer puesto son:
1. Bienestar: La domadora de Mamuts (María Bernarda Vergara)
2. Literatura: Mujeres del alma mía. (Isabel Allende)
3. Periodismo y Política: Revoluciones (Diana Uribe)
4. Juvenil: Yo soy Sofía (Sofía Castro)
5. Ficción: Perfectos Mentirosos (Alex Mirez)
