

Intentó ser abogado, después sociólogo y terminó graduándose de comunicador social-periodista en la universidad Javeriana de Bogotá.
Después de superada esa crisis de indecisión típica de la adolescencia Jairo Humberto Serna Rosales viaja a España a especializarse en comunicación audiovisual. Y, precisamente, allá se le avivó la llama del cine al ver el impacto que produjo en cartelera ‘La estrategia del Caracol’ de Sergio Cabrera. Y se dijo: ‘Ah desde Colombia se pueden hacer películas y mostrárselas al mundo’.
Al pasar a vivir a Bruselas, en donde también fue corresponsal de Caracol televisión, empezó a escribir y producir el guión del documental ‘Ciénaga Grande’, filme que fue coproducido por Colombia, Francia, Bélgica y España. Adquirido además por Discovery Channel, Canal 5 de Francia y otros canales de televisión del mundo. Eso ocurrió entre 1996 y 1997.
Al regresar a Bogotá, donde se radicó desde los 12 años de edad con su madre, buscó a su amigo Harold Trompetero y emprendió la aventura de Diástole y Sístole, el rodaje ‘hecho con las uñas limpias’ y de más bajo presupuesto en la historia del cine: 5.000 dólares. Se exhibió en México, Venezuela y en los festivales de Cannes, Toronto, Chicago, Miami, Mar del Plata, Lima, Calcuta, entre otros.
Después se embarcó en “Colombianos, un acto de fe”, largometraje que fue distribuidas por Venevisión Internacional en DirecTV, SKY, Univision y en DVD y VHS en dos mil tiendas de Blockbuster de Estados Unidos.
Pese a su éxito se decepcionó con la poca asistencia de espectadores a las salas de cine en Colombia y reafirma que solo asisten unos 5 mil espectadores al año. Por eso se dedicó a construir proyectos con vuelo internacional como: ‘Tokyo Music’, ‘La puerta de los sueños’, ‘Julio Muelas: el indígena que llegó al Real Madrid’ ‘¿Para qué enemigos?’, ‘Camilo, puntos de vista’ y ‘Nos vemos en Burundí’.
Serna Rosales fue invitado a Cúcuta por el Círculo de Periodistas y Comunicadores de Norte de Santander a dictar una conferencia con motivo de la celebración del Día Nacional del Periodista, el 9 de febrero.
Aprovechó para recordar a la Cúcuta fresca, de vida sencilla, sin distingo de clases sociales, que disfrutó hasta los once años. Y ahí, en el extinto hospital San Juan de Dios, hoy Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, donde se encontraba nació un 17 de enero de 1968.
Vivió primero en el barrio Latino y después en barrio Blanco. A pesar de haberse radicado en Bogotá y pertenecer a la nómina de Millonarios y ser de la Selección Colombia en las categorías infantil y juvenil, aún conserva de amigos los compañeros de primaria del colegio Domingo Savio.
Este cucuteño, que no le gusta pasar inadvertido, dice que tiene entre el tintero tres proyectos para llevarlos a la pantalla gigante: Avenida Cero, la vida del padre Rafael García Herreros y de Jossimar Calvo. Sin embargo, no ha encontrado eco en la región.