
Una tarde de coloridos trajes y derroche de talento se vivió en el centro cultural Quinta Teresa de Cúcuta, donde se cumplió una de las galas del IV Festival Nacional e Internacional de Danzas, que lleva por lema: Una sola fiesta, un solo baile.
Diez parejas de niños de igual número de municipios de Norte de Santander exaltaron el folclor del departamento.
Ellas interpretaron diferentes ritmos y especialmente el merengue campesino propio de la región.
El festival, que contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Norte de Santander y el Ministerio de Cultura, a través del Plan Nacional de Concertación, Festival de Danzas: una sola fiesta, un solo baile
A la muestra de danzas infantiles se le dio el nombre de ‘Entre el juego y la danza, niños bailan por la paz’. Las agrupaciones que mostraron los avances en procesos de formación y las independientes fueron de Cácota, Bochalema, Pamplona, Pamplonita, Labateca, Villa del Rosario, Los Patios, Arboledas y Cúcuta.
De otros departamentos se tuvo representación de Atlántico, La Guajira, Nariño y Magdalena. Los países invitados fueron Bolivia, México, Ecuador y Venezuela.
Talento infantil
De Los Patios dos pequeños danzaron al ritmo del pasodoble ‘Alfombra de cujíes’, cuya letra exalta las cualidades del municipio del área metropolitana de Cúcuta.
A ellos les siguieron dos niños de Cácota, quienes con sus cachetes rojos y pertenecientes a la agrupación Los Tiestos, bailaron al ritmo de San Miguelito.
La mujer de Toño fue la danza de Pamplona que hizo menear el esqueleto a los asistentes a la velada cultural en la Quinta Teresa.
Los niños sobre la tarima dieron una clase de movimiento de cadera, mientras la pegajosa canción decía: “El pobre Toño Miranda, no tiene con que tocar, el acordeón no le anda, la guitarra está empeñada, cuando llega del trabajo a su casa a descansar, su mujer lo coge a palo hasta lo quiere matar”.
En el festival no podía faltar ‘Las Brisas del Pamplonita’. El baile fue hecho con elegancia y el sutil movimiento de la falta de la pequeña contrastó con el tocado de flores que portó en su cabeza.
A ellos, les siguieron los representantes de Villa del Rosario, quienes al ritmo de la danza La pulguita sacaron carcajadas a los asistentes.
El festival en su versión 2017, confirmó que Norte de Santander sigue siendo tierra de talento para el baile y cuna para que el folclor se mantenga vivo por décadas.








