Tokio presentó su estadio olímpico, diseñado para afrontar las fuertes temperaturas durante los Juegos Olímpicos del próximo verano boreal (24 de julio-9 de agosto).
Construido en el emplazamiento del antiguo estadio nacional levantado para los Juegos de 1964, este estadio de 60.000 asientos, diseñado por el famoso arquitecto japonés Kengo Kuma, se inspira en técnicas tradicionales, especialmente un uso importante de la madera.
Cerca de 2.000 metros cúbicos de madera de cedro fueron enviados desde todas las tierras niponas para permitir, entre otros, la fabricación de velas que homenajean a la pagoda del templo de Horyuji, erigida hace 1.300 años.
En el estadio también se incorporaron 185 grandes ventiladores y ocho pulverizadores para limitar las molestias causadas por la temperatura, que puede sobrepasar los 40ºC en Tokio, en verano.
Durante la ceremonia de celebración del fin de las obras iniciadas en diciembre de 2016, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, destacó su “diseño de alto nivel” y su “armonía con su entorno”.
El estadio olímpico, cuyo costo se estima en 157 mil millones de yenes (1.300 millones de euros), acogerá las ceremonias de inauguración y de clausura, así como las pruebas de atletismo y algunos partidos de fútbol.
El calor del verano japonés es una de las principales preocupaciones de los organizadores de los próximos Juegos Olímpicos, luego de que los médicos alertaran sobre el riesgo de graves consecuencias médicas en los deportistas.
Las pruebas de maratón y de marcha (20 y 50 km) ya han sido trasladadas a Sapporo, en la isla de Hokkaido, al norte, para evitar el intenso calor.
El ya retirado rey de la velocidad Usain Bolt será uno de los primeros en tener el honor de pisar la pista en el estadio olímpico el 21 de diciembre, en una exhibición de relevos en la que será la primera prueba deportiva organizada en el recinto.
Su primera competición será la final de la Copa del Emperador de fútbol, el próximo 1 de enero.