Una lucha de David contra Goliat se vivió esta semana en la Vitrina Turística de Anato. David, por supuesto, era Norte de Santander, un departamento que sigue tratando de consolidar una oferta turística competitiva para ser la elegida entre viajeros nacionales y extranjeros.
Pero, a diferencia de la historia bíblica, en esta ocasión el débil no venció al fuerte, por el contrario, se dio cuenta de la gran tarea que le espera para poder lograr el objetivo.
Ubicados con su estand en el Gran Salón de Corferias, la comitiva nortesantandereana se armó con duraznos, brevas y arequipe, entre otros pasabocas, para intentar llamar la atención de los más de 35.000 empresarios del turismo nacional y mundial que visitaron el evento desarrollado durante tres días en la capital colombiana.
La comida era apenas la primera de las armas. Para intentar equiparar fuerzas, esta vez David necesitaba más lanzamientos, por eso, en el armamento estaban cuatro rutas turísticas, las cuales resultaban desconocidas para muchos de los visitantes.
Sin importar el orden, uno a uno los curiosos que se interesaron en el lugar, recibieron la información turística del departamento: lagunas, pueblos coloniales, paisajes naturales, complejos históricos, centros comerciales y hoteles de categoría.
La arena de batalla preparada por Norte de Santander para convencer a los visitantes era agradable, amable y sencilla. Un espacio con dos paredes adornadas con fotos y el color rojo representativo de la región, pequeñas mesas metálicas con sillas de madera, en donde se sentaban a degustar los pasabocas y se entregaba la información.
Los soldados que decidieron asumir la tarea de sacar al departamento del olvido de los viajeros, estuvieron liderados por la Corporación Mixta de Turismo de Norte de Santander, cuatro agencias de viajes y los representantes de algunos municipios.
Son 21 años de participación constante en la vitrina, eso ya es un logro, dijo Lina Silva, directora de la corporación, mientras se preparaba para ir a una reunión en donde intentarían vincular al departamento a algunos proyectos turísticos del país.
Pero en esta lucha faltó algo fundamental, la participación de los entes territoriales, Gobernación y alcaldías, quienes al parecer miran el turismo desde la barrera. “Una muestra es la diferencia entre los puestos de información y la falta de promoción de la región”, asintieron resignados tres de los voceros de las agencias de viaje del departamento que siguen trabajando por el turismo a pesar del olvido institucional.
Y es que, como en la historia de David y Goliat, las diferencias entre los contendientes se observaban sin hacer esfuerzo alguno. En la Vitrina Turística, Norte de Santander tuvo como vecinos a varios grandes: Santander y su reconocido Cañón del Chicamocha; Santa Marta, con sus playas y muestras culturales, Caldas y su paisaje cafetero, San Andrés, Providencia y Santa Catalina, con la magia caribeña y Nariño, que ahora se vende como el ‘Corazón del Mundo’.
Entonces, mientras los vecinos llamaban la atención con degustaciones de bebidas y comidas típicas, demostraciones culturales y musicales, además de espacios para interactuar con fotos y otras tecnologías, la delegación nortesantandereana se defendía con folletos y una excelente disposición de servicio, intentando convencer a los turistas de que el departamento tiene sitios maravillosos para visitar.
Ahora, las empresas de turismo esperan que con el tiempo las autoridades regionales se vinculen y a los empresarios no les toque solos la tarea de pelear contra los grandes de la industria nacional. Solo así se podrán dar a conocer con más éxito las bellezas naturales, culturales e históricas que tiene Norte de Santander.
Las cuatro rutas turísticas
1- Ruta de Pamplona: Este recorrido incluye los municipios de Pamplona, Pamplonita, Cácota, Chitagá, Silos y Mutiscua. Aquí, en un ambiente cortejado por la neblina, sobresalen museos, lagunas, cascadas y, por supuesto, el durazno.
2- Ruta de Cúcuta y área metropolitana: Villa del Rosario, Cúcuta, El Zulia y San Cayetano ofrecen un recorrido lleno de historia, gastronomía, cultura y comercio.
3- Ruta Chitarera: Con Chinácota, Bochalema y Durania como eje, este recorrido ofrece toda una experiencia de contacto con la naturaleza y religiosa.
4- La Ruta de la Gran Convención: Historia, cultura, arquitectura colonial e imponentes escenarios naturales convergen en este recorrido conformado por Ábrego, Chitagá, La Playa de Belén, Ocaña y El Carmen.