Los productores de arroz de Norte de Santander madrugaron, como todos los días, pero esta vez cambiaron las botas de trabajo por los tenis, las herramientas para labrar la tierra por las pancartas, y el sonido de la naturaleza que los acompaña en los cultivos por las arengas en contra del Gobierno Nacional y la difícil situación económica que afrontan.
A las siete de la mañana, los productores, unidos al paro nacional del sector organizado por el Movimiento Nacional de Dignidad Arrocera (MNDA), se congregaron en el corregimiento de Astilleros, de El Zulia, y en la vereda Puerto Lleras, en el corregimiento de Buena Esperanza, de Cúcuta.
En cada uno de estos dos puntos la idea fue una sola: pedir al Gobierno Nacional mejores precios de pago para los campesinos, que son quienes cosechan el arroz que día a día llega al plato de los colombianos.
El inconformismo era total de parte de los productores, quienes gritaban a una sola voz: “Los arroceros están presentes porque el Gobierno está ausente”, mientras marchaban de forma pacífica por las calles de los corregimientos.
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El problema, que resulta cíclico, es decir, que se presenta cada año, según explicaron, es que ahora la situación se agudizó y en los molinos de Norte de Santander apenas les pagan $10.000 por el bulto de 12,5 kilos, precio que en junio de este año superaba los $13.200.
“Con estos precios apenas recuperamos lo que gastamos”, indicó José Javier Tobos, que hace cuentas para recuperar los cuatro millones de pesos invertidos en el sostenimiento de cada hectárea, mantener a su familia (tres hijos y la esposa), y no despedir a ninguna de las seis personas que emplea para la siembra del arroz.
Como él, hay un centenar de familias, todas preocupadas por la falta de ingresos. Eso quedó demostrado ayer en las concentraciones pacíficas, que reunieron a más de 600 personas, sumando los dos puntos de encuentro.
En Norte de Santander, se calcula que hay más de 16.000 personas implicadas en la cadena arrocera, que derivan su sostenimiento de ello.
La solución para los productores es sencilla: que el Gobierno Nacional establezca un precio mínimo de $13.000 por kilo de arroz paddy, por parte de los molinos, que son al final los encargados de negociar con los productores.
La sobre producción es un problema
El dilema de los precios bajos no es solo un tema que tenga sufriendo a los productores. Los empresarios de los molinos también la están pasando difícil, así lo aseguró José Luis Santos, presidente de la Asociación de Molineros de Norte de Santander, que reúne a 7 de los 16 negocios de este sector comercial existentes en el departamento.
En el mercado de la Costa Atlántica, en donde se vende gran parte de la producción de arroz nortesantandereano, una carga de 50 kilos de arroz llega para venderse a $94.000, pero una de los Llanos Orientales se consigue a $88.000, y esa diferencia de precio es la que hoy los tiene sufriendo a todos.
Esta situación ha llevado a los molinos a competir con precios muy bajos para poder vender el arroz blanco, reduciendo su margen de ganancias y haciendo que les paguen cada vez menos a los productores.
Hay dos razones para esta situación, explicó Santos. La primera es que en 2016 hubo un aumento en la producción de arroz en el país, especialmente en Casanare, Tolima y Meta –dominadores del mercado en el país– lo que originó que los molinos de esas regiones guardaran excedentes para este año y que la materia prima (arroz paddy seco) se pagará a un precio inferior en 2017, llevando los precios del mercado nacional a la baja.
En 2016, de acuerdo con el censo arrocero elaborado por el Dane, la producción de arroz llegó a 2,5 millones de toneladas, superando los 2,5 millones que se registraron en 2015.
Santos, al igual que los productores, cree que la solución es estabilizar los precios, pero deben ser los mismos para en todo el país y el Gobierno tiene que garantizar su cumplimiento.
Arroceros de Norte de Santander se reunieron en La Y de Astilleros y en la vereda de Puerto Lleras, para protestar por la difícil situación económica que están afrontando.
Vías de hecho
Las protestas pacíficas del martes son un llamado al Gobierno Nacional para que se siente a dialogar, de lo contrario, los arroceros están dispuestos a llegar a las vías de hecho: bloquear las carreteras principales y llegar a las ciudades, así lo manifestó Jesús Aranzales, vicepresidente de la Asociación Arrocera y Agropecuaria de Norte de Santander, uno de agrupaciones que lideró la movilización de los arroceros.
Las productores, con el apoyo de dignidad arrocera, están dispuestos a aumentar la presión sobre el Gobierno de no ser escuchados, “porque estamos perdiendo mucha plata”, indicó Aranzalez.
José del Carmén Vera, productor del distrito de riego, aseguró que por cada hectárea el productor está perdiendo entre 1 y 2 millones de pesos.
La mirada de Fedearroz
Rafael Hernández, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Arroceros, indicó que la baja de precios es algo cíclico y temporal, producto de los tiempos de la cosecha que generan excedentes en el mercado, que siempre es entre 300.000 y 450.000 toneladas.
Sin embargo, dijo que el problema se acrecentó porque las grandes molineras no quisieron participar del programa del incentivo al almacenamiento de arroz que el Gobierno Nacional tiene para evitar el exceso de arroz circulante en el mercado.
Frente a la situación de los productores, el vocero gremial cree que las protestas son una respuesta lógica al desespero de los productores que están viendo como las pérdidas continúan.