El comercio de Cúcuta y de todo Norte de Santander está demostrando que puede vivir sin Venezuela. Sin embargo, para que este proceso continúe, el Gobierno Nacional debe garantizar la inversión en las obras que la región necesita para fortalecer su competitividad.
El presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero Nieto, dijo a La Opinión que Colombia ya no tiene ningún tipo de expectativas comerciales con Venezuela y que ese mercado, en general, ya se perdió.
¿El cierre de frontera fue bueno o malo para el comercio de Norte de Santander?
Esta decisión lo que hizo fue aterrizar a Cúcuta en una nueva realidad, eso es lo más importante. Sabemos que Venezuela va ‘pésimamente’, Colombia ya no tiene expectativas con ese país, no estamos interesados en venderle productos a Venezuela y no estamos interesados porque no pagan y no porque los compradores en Venezuela sean malos, sino porque ellos no tienen acceso a divisas, en ese sentido el negocio está terminado.
Si mañana abren la frontera desde el punto de vista del comercio registrado no pasa nada, quedamos en la misma situación porque ese mercado para los colombianos y para los venezolanos se perdió.
¿Qué pasó entonces con el comercio que había entre los dos países?
Las personas que antes traían productos de Venezuela vía terrestre, ya no lo hacen. Hay unos que transportan por vía marítima hacia la Costa Atlántica colombiana, saliendo desde Puerto Cabello o La Guaira, puertos que ya que están muy congestionados. Esas personas aprendieron y no están dispuestos a la inestabilidad de que hoy abro y mañana cierro la frontera.
A su vez, un gran número de compradores colombianos que iban a Venezuela se fueron a comprar a otro lado. Por ejemplo, los productos siderúrgicos se están trayendo de Asia, la industria petroquímica se está trayendo de Estados Unidos, entonces ese comercio despareció con el vecino, no existe.
¿Qué necesita Norte de Santander para no seguir dependiendo de la inestabilidad fronteriza?
El problema de Cúcuta está sobre diagnosticado, por aquí ya pasó toda la clase política y no nos podemos quedar en documentos. Ahora lo que se necesita son políticas públicas claras y enfocadas para que los programas se desarrollen y que las entidades asistenciales sigan cumpliendo su función.
¿Usted cree que los problemas presupuestales que tiene el Gobierno Nacional pueden retrasar la inversión en Norte de Santander?
El Gobierno tiene una situación de caja compleja, pero eso no es motivo para que se paren los proyectos estructurales en la ciudad y el departamento. Norte de Santander tiene que romper su dependencia del Golfo de Maracaibo y de la carretera por Rubio para llegar a Arauca.
Los transportadores tienen que poder ir desde Cúcuta a Arauca por una carretera en buenas condiciones para facilitar el intercambio comercial y no por la trocha que hay. Este es un problema que se debe atender ya, porque va a empeorar.
¿Cómo ve la situación del abastecimiento de gasolina en Cúcuta?
Desde el punto de vista del comercio informal, el cierre de la frontera nos enseñó que se puede vivir sin gasolina venezolana. Ese mercado se acabó, ahora lo que hay que garantizar es el adecuado abastecimiento de combustible y ayer observé bastantes colas, hasta de 20 carros alcancé a contar.
Uno no puede durar una hora para tanquear porque esto es una pérdida de productividad inmensa e indiscutiblemente hay que subir el cupo de combustible para la frontera.
Fenalco ya pidió al Gobierno que amplié la exención del IVA hasta después del 31 de diciembre ¿hay otra solicitud del gremio al presidente Santos?
Definitivamente se necesitan líneas de crédito, pero para un año no sirven. Los paisanos de Norte de Santander y de Cúcuta están interesados en más plazos que tasas, es más, aceptarían un incremento en la tasa a condiciones de que los plazos sean por lo menos de tres años. Porque en una inversión, un año es absolutamente poco para hacer los repagos.
Lo segundo es que el Fondo Nacional de Garantías tienen unos costos bastante altos. Esa mezcla de tasa de interés, más el costo del fondo, hace que el crédito no sea tan atractivo.