Con el “acuerdo nacional contra el hambre” –que aún está en borrador– se plantean también subsidios progresivos a una serie de alimentos. En el documento se aclaró que la iniciativa fue puesta en conocimiento de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) para tratar de lograr el respaldo y acompañamiento del sector privado.
“Se propone canasta inicial de productos: arroz, harinas precocidas, huevos, aceite vegetal, pastas y panela. Más adelante: leche en polvo, pan tajado y papa, productos de circuitos cortos como plátano, hortalizas frescas, leche fresca y frutas”, dice el documento, en el que se aclara que se pondrían a disposición estos “alimentos al 50 % del precio comercial” dejando claro que “no es un mecanismo de control de precios”.
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Dos senadores del Pacto han asumido las banderas de la Ley contra el hambre que se radicará en el Congreso. Uno de ellos fue Wilson Arias, quien recientemente aseguró que se necesita crear “un bono alimentario explícito y focalizado para ciertos sectores de la población, probablemente con una legislación expedida con facultades extraordinarias porque es un tema urgente”.
Por su parte, el senador Iván Cepeda expuso que “se buscará subsidiar alimentos básicos como la carne, el arroz, la leche y los huevos. Una ley destinada a millones de compatriotas quienes viven hoy en la pobreza”.
Pero el senador opositor Andrés Guerra, del Centro Democrático, dijo que se necesita hacer una evaluación integral del tema del campo para tramitar la reforma rural que tiene prevista el Gobierno, y planteó que habrá reparos a las medidas arancelarias: “Se debe revisar hasta dónde la clase media y baja tendrá que pagar más por los alimentos”.