El impuesto que se paga por la comercialización de licores cambiará en 2017, por cuenta de la Ley 1819 de 2016, sancionada esta semana por el presidente Juan Manuel Santos Calderón.
La normativa, que quita los beneficios tributarios que tenían los licores nacionales frente a los importados, permitirá a los departamentos recaudar un 19% más en los rubros provenientes de estos productos, los cuales se destinan para salud y educación.
Según un comunicado del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la ley armoniza la normatividad colombiana con la internacional y otorga mayores dientes a las autoridades para contrarrestar el contrabando.
Sin embargo, la 1819 no es bien recibida por todos. Antes de su aprobación en octubre pasado, cuando el proyecto fue aprobado por el Congreso, diferentes gremios manifestaron su preocupación por el mismo. Uno de ellos fue la Cámara de la Industria de Bebidas Alcohólicas de Colombia (Caba).
“Con sorpresa y desaliento vemos una ponencia que no consideró la verdadera problemática de la industria, poniendo en grave riesgo a nuestro sector y dejando a la industria nacional en desventaja respecto al producto importado”, declaró en su momento Beatriz Elena Jaramillo, directora de Caba a un medio nacional.
A las críticas se sumó Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), que en reiteradas ocasiones manifestó que la ley ponía en riesgo la continuidad de la industria licorera nacional, por las altas tasas de interés.
De acuerdo con la ley, ahora se tendrán en cuenta dos componentes para definir el tributo: uno basado en los grados de alcohol de la bebida y otro basado en el precio final del producto.
La tarifa del componente basado en los grados alcoholimétricos para licores como el whisky será de $220 por cada grado de alcohol y para los vinos será de $150 por cada grado. Y el componente basado en el precio final del producto, será del 25% sobre ese precio para los primeros y del 20% para los vinos.
En el caso del aguardiente, que tiene un promedio de 29% grados de alcohol, el impuesto específico sumaría $6.380, pagando $220 por cada grado de alcohol.
Además, los licores quedan sujetos al pago de un IVA del 5%, que permite a las licoreras nacionales descontar el IVA que pagan por los insumos que adquieren para la producción.