En un auditorio que se llenó por primera vez en tres años, Mario Zambrano, director del programa ‘Cúcuta Cómo Vamos’, dio a conocer un nuevo informe, en donde las primeras cifras indicaron que la crisis económica y social de la región están deteriorando el orgullo y el amor propio de las personas por la capital fronteriza.
El orgullo por Cúcuta pasó del 72% en 2014, al 64% en 2015 y cerró en 2016 con el 59%, según los resultados de la tercera encuesta de percepción ciudadana desarrollada en el marco de la iniciativa.
Este resultado, sumado a otro, como por ejemplo que solo el 49% de los habitantes de la capital fronteriza es optimista sobre el futuro de la misma, demuestran como la crisis está influyendo en el sentir de las personas.
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Al finalizar la presentación en el cuarto piso de la Cámara de Comercio de Cúcuta, Zambrano explicó que un común denominador en los indicadores es que la ciudad no está generando las oportunidades económicas que la gente necesita y esto influye en los resultados de orgullo y optimismo.
Entre los ejemplos entregados por el economista para identificar esta falta de accesos, sobresale que Cúcuta, entre las nueve capitales que hacen parte de la red de ‘Ciudades Cómo Vamos’, es la que tiene el menor índice de oportunidades laborales para universitarios, un hecho que se refleja en un desempleo juvenil del 26% y en algo mucho peor, que es la migración de profesionales a otras ciudades.
En este último campo, precisamente, la capital nortesantandereana es la segunda a nivel país de donde más migran los recién graduados por falta de oportunidades, con un indicador del 46%, solo superada por Guainía.
Al respecto, la encuesta de percepción ciudadana establece que en 2016 el 62% de la población se sentía satisfecha de vivir en la ciudad. Sin embargo, este presenta una reducción respecto con 2014 y 2015, en donde el porcentaje fue de 73% y 65%, respectivamente.
Lina María Iscalá, directora del Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Cúcuta, dijo que a los impactos negativos generados por problemáticas ya acentuadas como el desempleo y la informalidad, en 2016 se sumó el problema fronterizo. “Si una persona no tiene oportunidades de empleo, no se siente satisfecho, se va”, dijo.
El economista y docente, Jorge Ramírez, indicó que la única forma de mejorar la percepción de las personas es empezar a trabajar en estrategias que permitan mejorar las diferentes problemáticas, antes de que se llegue a un punto crítico que afecte la inversión y el consumo.