Según el informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), entre julio y septiembre se registró en Cúcuta una tasa de informalidad de 71,2%, similar a la del mismo periodo del año  pasado, cuando fue de 71,4%.

Este resultado mantiene a Cúcuta en el primer lugar entre las ciudades con más informalidad laboral. De los 351.962 ocupados, 250.514 son informales, es decir, reciben un salario, pero no les pagan salud y pensión.

Igualmente, la recuperación del mercado formal de trabajo es una tarea que aún está pendiente en el departamento, ya que este renglón tampoco ha tenido resultados positivos en el último año.

Entre julio y septiembre de 2014, según cifras del Dane,  Cúcuta registró 100.186 ocupados formales, y en 2015 la cifra subió a 101.448, es decir, solo se emplearon a 1.262 personas en el mercado formal, cifra poco alentadora al observar el comportamiento del mercado informal.

La informalidad en la región está ligada directamente a la ausencia de políticas acordes para revertir esta situación, sobre todo en la zona fronteriza en donde la actividad económica depende del comercio.

Diego Zárate, coordinador del programa de Comercio Exterior de la Universidad de Santander (Udes, sede   Cúcuta), indicó que las normas impulsadas por el Gobierno como la Ley del Primer Empleo y los programas sociales no han tenido el impacto esperado.

Según el analista, los gremios y las empresas del departamento han tratado de diseñar estrategias para que las pymes formales tengan acceso a microcréditos  para estimular su desarrollo, pero aún no se han obtenido resultados concretos y esto ha generado trabas para aumentar el empleo formal.

“En Cúcuta nos acostumbramos a un momento comercial bueno en la frontera, pero no generó suficiente capacidad industrial para aumentar la capacidad laboral”, indicó Zárate.

Los impuestos que deben cubrir las empresas formales también ha impactado. “Lo que primero restan las empresas para disminuir su carga tributaria son los empleos, factor que también incide en el mercado laboral de la región”, acotó.

El aparato productivo de Norte de Santander aún no despega por la dependencia que se creó con el comercio del vecino país, y “cambiar esta cultura no se logra de la noche a la mañana”.

De las 23 ciudades y áreas metropolitanas que presentaron mayor informalidad, después de Cúcuta, están Sincelejo con 65,4 % y Santa Marta con 63,2 %.

Las de menor proporción fueron: Bogotá D.C. con 43,6 %, Manizales 43,3 %, y Medellín con 43,1 %.