El objetivo es tener la mejor marca del mundo, ser el mejor por calidad y tecnología. Sabe que aún le faltan kilómetros para llegar a la meta, pero la vida le ha demostrado que con talento y trabajo todo se puede lograr.

De los 32 años de vida que acumula, cerca de 18 los ha pasado entre circuitos electrónicos, motores de carros y bocinas de audio. Jhon García pasa los días en su pequeño taller, junto a su equipo de trabajo, diseñando alternadores para carros que hoy se venden, de a poco, en 18 países del mundo: México, Panamá, Ecuador, Irán, Chile, España, Trinidad y Tobago, Francia y Alemania, entre otros.

Con él, Colombia entró a competir en un mercado en donde los grandes fabricantes son China, Brasil, Estados Unidos y Corea. 

La historia de este cucuteño es como la de muchos nortesantandereanos que, de a poco, ha ido forjando un sueño en silencio, haciendo ‘oídos sordos’ a esos comentarios negativos sobre lo difícil que es emprender en Cúcuta.

La meta de exportar empezó a cumplirse hace cuatro años, pero el trabajo inició cuando apenas tenía 14 años. En ese momento, impulsado por su destreza y pasión por la electrónica, empezó a estudiar para ser técnico electrónico. Iba al colegio en la mañana y en la noche al instituto, donde realmente aprendía sobre lo que le gustaba.

Los conocimientos le permitieron elaborar un primer prototipo de robot cuando apenas tenía 15 años y ser uno de los tres primeros puntajes de las pruebas Icfes en Cúcuta.

Luego, inició su carrera de ingeniero electrónico, que el año pasado, el 21 de diciembre, culminó recibiendo el título profesional.

Un camino largo

(Este cucuteño tiene el alternador de carcasa pequeña con más amperios en el mundo: 505.)

Sentado sobre una silla en la pequeña oficina que adecuó en el taller, frente a las dos pantallas del computador donde hace sus diseños en tercera dimensión, sonríe al contar que demoró 13 años para graduarse de la universidad.

Los primeros cinco semestres fue un buen estudiante, pasó todas las materia en línea sin problemas. Luego, llegaron los carros y el negocio. Empezó a trabajar en su otra pasión, el sonido para carros, eso le quitó tiempo a la universidad, pero lo formó como profesional y como campeón.

En su estantería, García, además del diseño exclusivo de su alternador y del amplificador clase D de 12 voltios y 4.000 RMS de potencia –el más potente y único del país– que hizo para su proyecto de grado,  también tiene más de 15 títulos, algunos de ellos nacionales, como campeón de sonido de carros.

Fue haciendo eso, diseñando el sonido para carros, que empezó a reparar alternadores originales. Eso fue por allá entre 2010 y 2011. Su hermano Edwin, mayor que él por 7 años, al ver su destreza, le dijo que mejor fabricará sus propios alternadores.

Le hizo caso y empezó. Al principio, por la falta de recursos, reunía partes usadas, las juntaba con los circuitos que él diseñaba, luego pintaba todo y lo dejaba como nuevo. La calidad de su trabajo se ponía a prueba en los carros de sus amigos, también amantes del sonido.

Un carro con sonido profesional tiene requerimientos mayores en materia de electricidad y los alternadores diseñados por este cucuteño son especiales para esto. “Los alternadores son dispositivos que transforman la energía mecánica que genera el motor en energía eléctrica, manteniendo la batería cargada, el aire acondicionado encendido, etc”, dijo.

El primer alternador se lo vendió Jorge Mario, un cliente de Bogotá, al mismo que buscó dos años después para entregarle uno nuevo, con el objetivo de volver a tener en sus manos su primer diseño.

Conexión China

(Jhon García ha sido campeón nacional en varias ocasiones de sonido en carros.)

Para exportar se necesita calidad y los chinos, en este mercado, son muy competitivos. La distancia ni el idioma fueron una muralla para contactarlos. En China se hace el molde del alternador y en Cúcuta  se ensambla y se le instalan los circuitos y sensores, “es como un 50/50”, asegura.

Hace poco le llegó su primer pedido de piezas. Se necesitaron seis muestras para alcanzar los requerimientos técnicos que exigía García, que demoró dos años y medio en completar la inversión del pedido. Es que cada alternador necesita una inversión de 400 dólares aproximadamente y como la idea es vender en cantidades mayores, necesita importar mayores insumos.

Por eso, en pocos años, espera poder tener la maquinaria completa para fabricar todo en Cúcuta y así diseñar desde cero, “esto de depender de otros me frena”, dice. Los diseños ya los tiene, pero necesita más recursos y más clientes.

En todo esto los están apoyando los profesionales de Procolombia, que ven en este cucuteño un gran talento de exportación.

Mientras sigue creciendo desde su negocio, Atomic, García seguirá diseñando con su equipo de trabajo, otros tres ingenieros: dos electromecánicos y un mecánico. Ellos tres, sus dos primos y hermano menor, trabajan con él  desde hace varios años, se graduaron juntos y esperan continuar así… haciendo empresa.