El problema que vive el sector porcino en Norte de Santander ya no es de contrabando, como ocurría años atrás, ahora es de informalidad, lo cual afecta a aquellos productores que destinan recursos para cumplir la ley y los requisitos sanitarios.
El gerente de la Seccional Norte de Santander del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Cristian Camilo Medina Tamayo, informó a La Opinión que los controles y la visitas realizadas en los distintos municipios les han permitido identificar que la región padece de desabastecimiento, lo cual lleva a un problema de salud pública.
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Afirmó que hace falta contar con más plantas de beneficio animal para porcinos, porque solo hay dos funcionando en el departamento: Agropecuarias Capachito (Cúcuta), en donde sacrifican entre 90 y 110 animales cada semana; y Cecans Ábrego, de 35 a 40 cochinos semanalmente para el consumo local.
De acuerdo con el funcionario, en sus recorridos conocieron que el matadero Serviaeco (Ocaña) está cerrado.
“Una planta de sacrificio, para que sea rentable, debería sacrificar entre 100 y 120 cerdos por hora, en la jornada, para que esta se pueda sostener y abastecer el mercado”, agregó el gerente del ICA, quien destacó que el contrabando en la región está “prácticamente en ceros”.
El secretario de Agricultura de Norte de Santander, Dany Alexander Cañas, informó que quedaron con el ICA en levantar un informe sobre el funcionamiento de las plantas.
“Si bien el consumo de cerdo del área metropolitana es grande, las plantas reportan una demanda muy pequeña en cuanto al sacrificio. Revisaremos qué acciones tomaremos con las tres asociaciones de productores grandes con las que estamos trabajando, para hacer que los porcicultores lleven sus animales para el sacrificio en esos sitios legales”, añadió Cañas.
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Solo 20% cumple la salubridad
El problema es serio, pues, de acuerdo con el director de la Cooperativa de Porcicultores de Norte de Santander (Cooporcinor), Luis Lima, solo un 20% de la carne que se consume viene de la planta. Estos animales provienen de granjas, reciben una adecuada crianza, sacrificio, desposte y el producto es almacenado y transportado bajo la cadena de frío.
“El 80% es cerdo clandestino, que llega a los expendios por debajo de cuerda, $2.000 o $1.000 más barato, pero se vende al precio estándar del mercado, igual a la carne legal”, destacó Lima.
Agregó que ese porcino es producido en cocheras que incumplen requisitos sanitarios, al que matan de manera tradicional, en donde le dan un trato inadecuado al animal, le generan estrés y la carne resulta un riesgo para los consumidores, lo que al final es “un problema de salud pública”.
“La informalidad aquí es dura y mientras no haya un control total de las autoridades: ICA, Invima, Polfa… no será posible reducirla. Tenemos un gran inconveniente: la gente no acude a la planta de sacrificio, por costos, costumbre, inconciencia y falta de cultura, por esto prefiere seguir haciendo las cosas de forma ilegal”, aseguró.
El líder gremial expresó que el costo promedio de sacrificio de un animal en planta ronda los $70.000.
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¿Cómo enfrentar la ilegalidad?
Luis Lima manifestó que para enfrentar el problema hay que empezar actuar en el sector primario, es decir, los productores. Entonces se requiere capacitarlos, llevarles el pie de cría, mejorar la infraestructura (tecnificar procesos), darles el concentrado y garantizar la comercialización del producto.
“Se trata de hacer una alianza con los entes gubernamentales, en donde el productor luego les devuelva lo invertido con su producción”, resaltó.
El director de Cooporcinor subrayó que de esta manera impulsarán la productividad, serán más competitivos y lograrán satisfacer la demanda de la región, que actualmente se atiende con carne que llega de Antioquia, Valle del Cauca, Eje Cafetero, los Llanos y Santander.
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Compromiso de mejor planta
Luis Lima señaló que el gobernador saliente Silvano Serrano se comprometió a darles una planta tecnificada, en donde no solo se sacrifique, desposte y se lleve la carne al sitio para venderlar, cumpliendo la cadena de frío, sino que cuente con el empacado al vacío, para evitar que se contamine.
Espera que el mandatario William Villamizar materialice esta infraestructura, que costaría unos $5.000 millones.
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