El mercado de remesas se mueve con tranquilidad. Ya acostumbradas al no ingreso de giros desde Venezuela ni a las enormes filas y congestiones humanas que esto generaba, los nortesantanderanos reciben dinero principalmente de Estados Unidos y España.
En el primer trimestre de 2016, las familias con amigos y parientes en el exterior recibieron de ellos 12,6 millones de dólares, un incremento del 18,8% en relación al mismo periodo de 2015, de acuerdo con las cifras del Banco de la República.
Aunque la cifra está lejos de los 39,1 millones de dólares que se registraron entre enero y marzo de 2014, último periodo en el que se alcanzaron a recibir giros desde Venezuela antes de la suspensión ordenada por el gobierno de ese país, se puede decir que los ingresos que hoy se generan corresponden a una cifra real, indicó Diego Zárate, economista y coordinador del programa de Comercio Exterior de la Universidad de Santander (Udes), seccional Cúcuta.
Vale resaltar que antes de dicha suspensión de giros desde el país vecino, el ingreso de remesas a Norte de Santander alcanzó los 339 millones de dólares de dólares en 2013, de los que 199 millones de dólares, es decir el 58,7%, provenían de Venezuela. Sin embargo, este gran movimiento de recursos estuvo impulsado por una actividad ilegal que incluía la falsificación de documentos para demostrar parentesco entre las personas.
Al final, gran parte de este dinero no se quedaba ni se gastaba en la economía local y volvía a Venezuela como parte de la ilegalidad, mientras que hoy las remesas que llegan son parte de un proceso legal que impulsa los ingresos y gastos de las familias de la región.
Ahora, en esta nueva realidad, los nortesantanereanos residentes en Estados Unidos son la principal fuente de recursos en este segmento de la economía departamental. En el primer trimestre de este año, ellos enviaron el 44,6% de los dineros, cerca de 5,6 millones de dólares.
Una de las razones para este importante movimiento, explicó Zárate, es el fortalecimiento de la economía del país del norte, que ha permitido una alta cotización del dólar y la devaluación del peso colombiano. Además, la buena dinámica económica que está teniendo el país, también daría mayores oportunidades a los colombianos, y en este caso a los nortesantandereanos que residen en él.
Por su parte, Alexander Botello, economista y director del observatorio económico de la Universidad de Pamplona, agregó que ahora se perciben más oportunidades de trabajo en el exterior y un mayor interés de las empresas en estos procesos de apertura.
La devaluación del peso también estaría impulsando los giros provenientes de España, desde donde llegaron el 34,1% de las remesas.