
Hacer colas ya es parte de la cotidianidad de los venezolanos, por lo que no resulta extraño tener que levantarse a las cinco de la mañana para aguardar a las afueras de una agencia bancaria -que usualmente comienza a laborar a las 8:30-, con la esperanza de lograr hacerse de un poco de efectivo.
Unos años atrás, madrugar un 16 de diciembre sólo significaba una cosa, asistir a la primera Misa de Aguinaldos. Sin embargo este 2016, las campanadas de las iglesias llamaban a la distancia y esperaban con las puertas abiertas a una feligresía que en su mayoría orientaba sus pasos hacia el banco más cercano, en busca de dinero para cubrir sus necesidades básicas.
Y es que la salida de circulación del billete de mayor denominación, ha trastocado la cotidianidad de los venezolanos, que en tres días debieron deshacerse de todo su efectivo, para luego intentar obtenerlo nuevamente, en piezas monetarias de menor denominación.
Pero esto resulta una tarea titánica. El billetes de 100 representaba más del 76% de la masa monetaria nacional; por lo que, tal y como lo predijeron economistas y analistas expertos, este viernes los bancos amanecieron sin suficiente efectivo para atender las demandas de sus clientes y se vieron en la necesidad de sortear la situación como mejor pudieran.
Entonces, el banco Sofitasa ordenó a todas sus agencias limitar la entrega de efectivo a tres mil bolívares por persona; mientras tanto, el Banco de Venezuela entregaba solo mil y en billetes de diez, cinco y hasta dos bolívares; y en el Bicentenario, uno de los principales bancos estatales, una amable funcionaria indicaba en la puerta de acceso, que no estaban realizando retiros porque no disponían de efectivo en ninguna de sus agencias.
Para ilustrar un poco: mil bolívares no alcanzan para comprarse un chocolate, 3 mil apenas cubren el costo de un kilo de azúcar, y juntos no suman lo suficiente para pagar un cartón de huevos; cuyo costo se ubica ya en unos 5.600 bolívares.
Por si todo esto fuese poco, los cajeros automáticos no están funcionando desde el anuncio presidencial del pasado domingo. ¿La razón?, están configurados para trabajar con piezas de 100 bolívares y hasta que no lleguen los nuevos billetes y se les cambie la configuración a las máquinas en función del nuevo cono monetario, no pueden ponerse nuevamente a disposición del público, según explicó una asistente de plataforma financiera del banco Sofitasa.
Billetes sin valor
Poco antes de la hora de apertura (8:30 am) un blindado llegó a la sede del Banco Sofitasa ubicada frente a la Plaza Los Mangos, en la zona comercial de Barrio Obrero en San Cristóbal.
Durante una hora se retrasó el acceso de los usuarios, mientras el personal disponía el retiro de 200 bolsas de billetes de 100, cada una contentiva de un millón de bolívares.
Paquetes y paquetes de billetes ya sin valor, desfilaron frente a los inquietos ahorradores, que los vieron alejarse rumbo al Banco central de Venezuela en Caracas; a donde deberá acudir de ahora en adelante todo el que quiera cambiar estas piezas monetarias, por su equivalente en dinero circulante.
¿Pero qué implica realmente ésta disposición?
Quien desde el estado Táchira quiera trasladarse a Caracas para este fin, y suponiendo que deban hacerlo en transporte público, deberá cancelar 21.000 bolívares en pasajes de autobús para un viaje de aproximadamente 14 horas, más al menos una noche de hotel, que en la capital ronda entre 8 y 10 mil bolívares; a lo que se suman los gastos de alimentación y traslados internos en la ciudad de Caracas.
Frente a este escenario, muchos optarán por guardar los billetes de los que no pudieron deshacerse, como piezas históricas, pues el tiempo, dinero y esfuerzo que tendrán que invertir en su canje, hace que el viaje resulte poco atractivo para ellos.