Desde el año pasado, el sector del calzado en el país viene enfrentando un déficit de mano de obra calificada y Cúcuta no ha sido ajena a esa situación, pues los gremios del sector así lo reconocen, al afirmar que al menos hacen falta 1.500 operarios.
Olimpo Peñuela, presidente de la Corporación de Industriales de Calzado y Similares (Corpoincal) de Norte de Santander, indicó que desde la pandemia comenzó a escasear la mano de obra, debido a que muchos migrantes venezolanos, que hacían parte de la nómina, comenzaron a volver a sus ciudades de origen, mientras que algunos trabajadores colombianos salieron a Estados Unidos en busca de oportunidades.
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Al preguntársele si los salarios en el sector puede ser uno de los factores del problema, Peñuela destacó que los empresarios deben hacer una restructuración de los costos, pues el aumento de los insumos en 20% y la alta inflación que golpea el bolsillo han hecho que los sueldos no sean tan atractivos.
El líder gremial manifestó que un empleado puede estar ganando un salario mínimo o un poco más. Aunado a esto, talleres satélites de Medellín han estado llegando a la ciudad, para reclutar trabajadores, bajo compromisos de mejores remuneraciones, porque les sale más barata la mano de obra si la contratan en Cúcuta.
Crear otro taller escuela
Guillermo Rangel, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Industriales del Calzado, el Cuero y sus Manufacturas (Acicam) en el departamento, calificó de preocupante lo que está pasando, porque, después de la reciente feria del gremio, en Bogotá, necesitan el personal suficiente para cumplir con sus pedidos.
“Hay una propuesta, que le hicimos saber al alcalde de Cúcuta, de que Acicam tenga un taller escuela, que nos permita solventar esa déficit de mano de obra. Mientras se hace eso, vamos a seguir trabajando con el SENA, para dar respuesta al empresariado. Es importante que los aprendices, desde el primer día que ingrese a la institución, se vinculen a la fábrica, para que empiecen a tomar la experiencia y pericia”.
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Rangel expresó que ese centro de formación se materializaría en un mediano plazo, porque el déficit de empleados debe estar alrededor del 20%, particularmente en el área de desguarnecedores.
Esta escuela se sumaría a la de Corpoincal, en donde el año pasado capacitaron a 120 empleados, muchos de ellos de bajos recursos y migrantes, según Olimpo Peñuela, presidente de la corporación, quien resaltó que son pocos ante la necesidad que hay, pero esperan este año duplica esa cifra.
Peñuela destacó el apoyo de la Cooperación Alemana (GIZ) y la Alcaldía de Cúcuta al taller escuela, debido a que la institución requiere las materias primas para el aprendizaje, instructores y costear el transporte de los estudiantes. Resaltó, que las personas con discapacidad son muy apetecidas por las compañías, por ser excelentes trabajadoras.
Soluciones de los empresarios
Miguel Ángel Torrado, gerente de la empresa Bailarinas, indicó que para solventar la falta de empleados han tenido que “reclutar gente joven, juntarla con la gente de experiencia que tenemos, para que los capaciten”.
Añadió que, lamentablemente, los muchachos ya ni buscan al Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) para formarse, porque “se dieron cuenta que hay muchas formas de hacer dinero, sin necesidad de estar sentados ocho o diez horas para ganarse el sueldo”.
(33 empresarios participaron en la pasada feria del calzado y cuero de Acicam, en Bogotá, en donde cerraron algunos negocios.)
María Paula Torres, una de las fundadoras de GL Shoes, aseguró que, desde la crisis generada por la COVID-19, los empleados que han podido contratar quieren hacer lo fácil, no fabricar sandalias, por ejemplo, porque necesita más dedicación.
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Leidy Calderón, de Bluxy, subrayó que para retener a los empleados antiguos, con trayectoria y conocimiento, debieron subir los salarios, lo que afecta el precio de venta y al consumidor final, pues deben subir el precio de los zapatos.
Déficit en otros sectores
Acicam y Corpoincal afirmaron que el déficit de mano de obra calificada no solo afecta al sector calzado, también al de las confecciones, que son grandes generados de puestos de trabajo.
Según Wilmar Cepeda, director regional del SENA, el gremio de las confecciones necesita 15.000 operarios y es difícil conseguir quién quiera capacitarse, por lo que han llevado el salón de clases al ambiente laboral de las empresas.
De acuerdo con Cepeda, tampoco hay quienes quieran formarse en minería, debido a la apatía de los jóvenes.
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