Una vez más, las casas de cambio de Cúcuta fueron el blanco de las declaraciones de representantes del Gobierno de Venezuela, más exactamente del gobernador del Estado Táchira, José Vielma Mora.
El funcionario señaló, en primer lugar, que en la capital nortesantandereana hay 12 casas de cambio legales y 3.400 ilegales, desde donde se sigue atacando la moneda venezolana (bolívar fuerte), gracias a las relaciones que dichas empresas tienen con el “paramilitarismo, los narcos y Dólar Today”.
Ante este nuevo ataque, la junta directiva de la Asociación de Profesionales del Cambio de Norte de Santander (Asocambios), manifestó que en Cúcuta hay 303 profesionales de cambio autorizados y vigilados por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), que no tienen ninguna actividad ilegal y que gracias al cierre de frontera están casi que paralizados en su actividad cambiaria.
La junta de la Asociación aseguró que la devaluación de la moneda venezolana se debe a su sistema económico y esta solo cambiará cuando ese país desmonte los controles cambiarios.
Mientras el gobernador del Táchira insiste que desde Colombia –especialmente desde Cúcuta– se ataca su economía, la cotización del dólar negro se ubicaba ayer en 782 bolívares por dólar, mientras que la tasa oficial más alta (de las tres existentes), llegaba al cierre del mercado a 199, 3 bolívares por dólar.
“El que la devaluación del bolívar continúe a pesar del cierre fronterizo, es una muestra más de que los profesionales del cambio no tenemos nada que ver con eso”, insistieron los representantes del gremio.
En segundo lugar, Vielma Mora, aseguró que uno de los métodos utilizados por los cambistas de Norte de Santander para distorsionar el mercado de su país, consiste en llevar los billetes de 100 bolívares al Banco de la República de Colombia y cambiarlos en peso oficial.
El resultante del cambio legal, es llevado al mercado negro para transformarlo en dólares. “Al final un billete de 100 bolívares se convierten en 6.134 bolívares. Esto incrementa el contrabando, el bachaqueo y daña el diferencial cambiario”.
Al respecto, La Opinión consultó a un funcionario del Banco de la República, quien aseguró que la entidad no compra bolívares.
Por último, el gobernador del Táchira dijo que la única manera de abrir la frontera es que el Gobierno de Colombia elimine la resolución número 8 del año 2000, pues, a su juicio, propicia la corrupción, la inflación y una serie de delitos en la entidad tachirense.
La solicitud fue señalada de ilógica por Asocambios, ya que la resolución regula el mercado cambiario internacional para todo el país y no es de uso exclusivo de la frontera.