La caficultura colombiana se ha ido recuperando en los últimos años, pasando de una producción de 7,8 millones de sacos en 2009, a una cosecha proyectada de 13,6 millones de sacos para 2015. Este crecimiento paulatino de los resultados ha puesto también sobre la mesa una de las dificultades más serias que tiene la actividad: la falta de recolectores.
“La escasez de mano de obra es clara y es una necesidad sentida del sector desde hace mucho tiempo”, acentuó el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé), Roberto Vélez, durante el Congreso Nacional que se lleva a cabo en Bogotá.
Según las cuentas de la Federación, en el país se requieren semestralmente 600.000 recolectores, que recogen de los árboles entre 80 y 90 kilos de café cerezo diariamente. El problema es que en algunos departamentos se está volviendo más difícil conseguir los trabajadores, explicó Carlos Armando Uribe, director de Asuntos Gremiales de la Federación.
Para el funcionario, el déficit de personal en algunas regiones puede llegar hasta el 30% en épocas topes de la cosecha, poniendo en riesgo la calidad del grado y el estado sanitario de los cultivos.
En Norte de Santander, por ejemplo, de acuerdo a las cifras del Comité Departamental, se requieren 2.200 recolectores en cada semestre y el déficit es de 250 trabajadores.
Las razones
Mario López Peña, caficultor nortesantandereano y miembro del Comité Departamental, explicó que la minería, los cultivos ilícitos y la migración de los jóvenes del campo hacia las ciudades, son los factores que generan la merma en el número de trabajadores.
“Hay unos subsidios del gobierno que hacen que la gente no se anime a ir a trabajar al campo, hay cafeteros muy pequeños que tienen su pequeña área muy también tenemos una caficultura que no está concentrada, entonces se demora mucho porque el recolector encuentra al tiempo café verde, maduro y pintón”, dijo Uribe.
También queda claro que para los caficultores es imposible competir con el pago diario que generan actividades como ‘raspar coca’, que supera los $50.000, mientras que un ‘jornal’ cafetero otorga $30.000 aproximadamente.