A pocos días de cumplir sus 21 años, Jossimar Calvo ha conseguido ser el mejor gimnasta de Colombia. Su actuación en los juegos Panamericanos de Toronto (Canadá) dejó claro que será el dueño del trono nacional hasta cuando tenga ganas. Este joven cucuteño no solo fue la figura de la delegación colombiana en las justas, sino que entró en la historia del deporte nacional al ser el primero en ganar tres medallas de oro en unos Juegos Panamericanos.
Su camino en la gimnasia no ha sido fácil. Para lograr lo que hoy ha conseguido tuvo que recorrer un camino largo y difícil, que inició cuando sus padres lo inscribieron en una curso vacacional que dirigía el profesor Jairo Ruiz, de la Liga Nortesantandereana de Gimnasia. Su plasticidad y su cuerpo liviano le mostraron a Ruiz que en frente tenía un diamante en bruto, y desde entonces no ha parado su preparación.
De pequeño admiraba e intentaba imitar a Jesús Romero, otro cucuteño que por esa época se mostraba como el principal referente de la gimnasia colombiana.
Años más tarde su ídolo pasó a ser el antiqueño Jorge Hugo Giraldo, hasta entonces el mejor gimnasta de Colombia y el modelo a seguir de todos los niños que se iniciaban en el deporte.
Con él cumplió el sueño de formar equipo para representar al país en los Panamericanos de Guadalajara en 2011, donde Jossimar sorprendió al ganar la medalla de oro en la general individual, que en otras palabras premia al gimnasta más completo, el que tiene la más alta suma de puntos después de hacer su rutina en todos los aparatos.
Paradójcamente, fue Giraldo quien le quitó la posibilidad de ir a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, luego de una decisión que tomaron el Comité Olímpico Colombiano y la Federación Colombiana de Gimnasia.
A pesar de esto, Jossimar persistió. En 2013 logró su primera medalla de oro en una Copa del Mundo, en barra fija en una competencia que se disputó en Portugal.
Este año, consiguió otro título mundial en la Copa del Mundo que se celebró en Eslovenia, en la modalidad de barras paralelas, siendo considerado desde ese momento como el mejor del planeta en este aparato.
Hoy, con las tres medallas de oro y dos de bronce ganadas en Toronto-2015, Jossimar ya suma siete medallas panamericanas: cuatro de oro, una de plata y dos de bronce.
En octubre de este año tendrá la última competencia del ciclo olímpico con la Copa del Mundo, que aún no define su sede.
Su gran objetivo en el corto plazo es ganar el oro en los Olímpicos de Río 2016, pero solo hasta finalizar la Copa del Mundo de este año se sabrán los nombres de los gimnastas clasificados a la máxima cita del deporte mundial.
A pesar de no contar con abundantes recursos económicos y del escaso apoyo que existe en el departamento y en el país para el deporte en general, pero más aún para la gimnasia, Jossimar se ha hecho a pulso. Nunca ha desistido y su perseverancia, acompañado de su madre –que es su gran soporte– y de su entrenador lo han llevado muy lejos.
Hoy sus logros son motivo de orgullo para todos los nortesantandereanos, pero más allá de eso, son una demostración de que la entrega, la disciplina y la constancia han hecho posible que su sueño de consolidarse a nivel mundial sea una realidad. Él es un ejemplo para los deportistas que hoy luchan por seguir sus pasos.
Para orgullo de esta tierra, Jossimar está en su mejor momento y seguirá escribiendo la historia de la gimnasia.
