Sin mayores novedades en el resultado final, pero sí algunas sorpresas en la votación de los diferentes candidatos, se definió ayer la elección para la Gobernación de Norte de Santander, en las que el dos veces mandatario del departamento, William Villamizar Laguado, se afianzó para un tercer periodo que le permitirá extender a 20 años la hegemonía de su organización política en el Palacio de la Cúpula Chata.
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Aunque el exgobernador se impuso por más de 113.000 votos a su directo rival, el exalcalde de Los Patios, Diego González, no logró superar lo hecho en 2019 por Silvano Serrano Guerrero, quien arrasó en la contienda con el respaldo de 327.377 nortesantandereanos.
Villamizar en esta oportunidad obtuvo 259.682 apoyos (37,68%), apenas 26.143 votos más que su anterior elección que fue en octubre de 2015. González, por su parte consiguió 146.654 tarjetas electorales marcadas a su favor.
La expectativa sobre la votación que pudiera obtener ayer el candidato de ‘Por amor a nuestra gente del Norte’ estaba puesta en si lograría igualar o superar el número de firmas con las que se avaló para esta nueva aspiración y que superaban las 371.000, pero ciertamente esos apoyos no fueron plenamente endosados a su elección.
Esto, pese a contar igualmente con el apoyo de las maquinarias políticas, pues aunque su principal aval fueron las firmas, el candidato fue coavalado por Cambio Radical, el Partido Conservador, el Liberal, y el Partido de la U.
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El sinsabor que despertó en muchos seguidores del exgobernador los resultados conseguidos en la contienda de ayer se pueden interpretar como un reflejo del cansancio que existe en la región por la cantidad de periodos que ha ocupado el primer cargo del departamento y el continuismo que representa su proyecto político.
Sin duda, otra de las conclusiones que deja esta elección, es que los votos de la estructura de Villamizar terminaron divididos entre él y González, teniendo en cuenta que este último hizo parte también de ese grupo político y hasta el año pasado estuvo vinculado a la administración de Silvano Serrano, como director de Indenorte.
A pesar de esas conexiones, una vez renunció a la administración departamental, el exalcalde de Los Patios decidió emprender un proyecto como independiente y aunque alcanzó a sonar como el avalado del partido La Fuerza de la Paz, del excongresista Roy Barreras, González terminó llegando a la carrera electoral solo con el apoyo del grupo significativo de ciudadanos ‘Los buenos somos más’.
Desde entonces, su discurso en contra de William Villamizar arreció y empezó a cuestionar muchas de las prácticas que en el pasado ignoró, lo cual le mereció más de una crítica.
La amplia baraja de candidatos que se presentó a esta elección también incidió de manera importante para que los votos que pudieron haber favorecido a Villamizar, como ocurrió en otros años, terminaran atomizados y esto mermó su caudal.
El discurso de la seguridad caló
Otro factor que, sin duda, jugó en contra de los intereses del electo gobernador y que no le permitió consolidar una victoria mucho más sólida, como esperaba, fue la aparición del general (r) Jorge Eduardo Mora en el partidor, quien enarbolando el discurso de la seguridad democrática, como principal bandera de campaña, consiguió sumar la nada despreciable cifra de 115.937 votos.
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Aunque esta era su primera participación en una elección popular y su ingreso a la competencia no solo se dio tarde, sino que estuvo rodeado de inconvenientes como la revocatoria de la inscripción que solicitaron en su contra ante el Consejo Nacional Electoral y que mantuvo en vilo varias semanas su aspiración, Mora alcanzó una sorpresiva votación.
La participación se redujo
Al igual que ocurrió en Cúcuta, a nivel departamental la abstención también volvió a hacer de las suyas en la elección de este domingo.
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Mientras que hace cuatro años 738.045 votantes salieron a las urnas (59,81%) de 1’233.800 personas habilitadas para sufragar, este año, esa cifra se redujo al 56,91%, esto es 760.679 votantes, de 1’336.471 ciudadanos inscritos en el Censo Electoral.
Si bien una vez comenzó la jornada de votación los centros dispuestos para cumplir con este deber ciudadano estuvieron abarrotados y presagiaba un resultado importante al final del día, con el paso de las horas la afluencia de votantes fue mermando y eso se reflejó en los niveles de participación.
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