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Un Estado sobreexigido
Sigo sin entender la reacción del Gobierno Petro frente a Hamás. Colombia ha sufrido como pocos países las consecuencias del terrorismo y, por lo tanto, debió ser el primero en condenarlo.

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Un Estado sobreexigido
Sigo sin entender la reacción del Gobierno Petro frente a Hamás. Colombia ha sufrido como pocos países las consecuencias del terrorismo y, por lo tanto, debió ser el primero en condenarlo.
Mauricio Cárdenas
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Lunes, 16 de Octubre de 2023

La cita anual de los líderes de la economía global, reunidos alrededor de las Asambleas del FMI y el Banco Mundial, se realizó esta semana en Marruecos. Sin embargo, sus deliberaciones pasaron un tanto inadvertidas, en parte por los horríficos ataques de Hamás a la población civil en Israel el sábado pasado.

Es natural que el foco esté situado en esta nueva crisis que acaba de estallar que afectará todas las demás que ya estaban sobre la mesa, incluyendo la guerra en Ucrania, la crisis energética y, por supuesto, las tensiones geopolíticas. Mejor dicho, a la “confluencia de calamidades”, que no son pocas, se le acaba de sumar una más.


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Sigo sin entender la reacción del Gobierno Petro frente a Hamás. Colombia ha sufrido como pocos países las consecuencias del terrorismo y, por lo tanto, debió ser el primero en condenarlo. No hacerlo legitima el uso de la violencia como instrumento político, algo que puede alentar a muchos grupos armados ilegales en nuestro país.

El precedente puede generar problemas hacía adelante, no solo con nuestros aliados en Estados Unidos y Europa, sino internamente. Al terrorismo hay que rechazarlo sin contemplación alguna, venga de donde venga. No hay justificación —histórica, religiosa o económica— que resulte válida para no hacerlo.

El gobierno de la “Potencia de la Vida” fue totalmente incongruente con sus postulados al no condenar categóricamente a Hamás por el barbarismo de sus actuaciones. Además, rompió con la tradición diplomática de Colombia, tal y como lo plantearon los y las excancilleres de la República esta semana. 


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Pero volvamos a Marruecos, y a las múltiples crisis que se retroalimentan y sobre-imponen. Los Estados están sobreexigidos (para utilizar el término de moda) cuando precisamente tienen mayores limitaciones: la pandemia los dejó con más deudas, los intereses consumen una mayor parte de los presupuestos, y las economías están creciendo poco.

La próxima crisis económica seguramente tendrá que ver con la incapacidad de los deudores –países, empresas, hogares— para pagar los créditos, sobre todo si las tasas de interés globales se mantendrán altas por mucho tiempo, como creo que ocurrirá. 

La mezcla es realmente mala y preocupante: Estados sobreexigidos, deuda creciente e inflación.

La incapacidad de los gobiernos para actuar genera frustración y desconfianza en la ciudadanía. Este es el caldo de cultivo en el que se debilitan las democracias y aparecen los regímenes autoritarios. La tendencia de los últimos años es impresionante: la democracia está en retroceso. El ataque de Hamás a Israel es una demostración más de lo que puede ocurrir cuando las vías de hecho reemplazan a las urnas.


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En el caso colombiano, en medio de un panorama complejo –interno y externo— las tensiones geopolíticas ofrecen una oportunidad. Ya es una realidad que la fragmentación de la economía global ha llevado a Estados Unidos a enfocar su comercio hacia países aliados. Esta tendencia, que es prácticamente irreversible, se reforzará en los próximos años. En julio pasado, México superó a China como principal proveedor de importaciones en Estados Unidos. Por tamaño y proximidad, Colombia debería el siguiente país en la lista de ganadores. Es una oportunidad que hay que aprovechar. 

Por esta razón, plantear la renegociación del TLC con Estados Unidos es un gran error. Lo que corresponde es aprovechar los acuerdos existentes y mejorar la competitividad. A eso hay que sumar las acciones para reducir la prima de riesgo Colombia, que hoy está elevadísima. Para ello hay que generar certeza —es decir, exactamente lo contrario a lo que hace el Gobierno nacional, cuya estrategia política está basada en las sorpresas y amenazas regulatorias, como está ocurriendo ahora con el sector eléctrico.

El Gobierno debería dedicarse a dar resultados en política social, y dejar trabajar a la economía y los empresarios. Más acciones, más diplomacia y menos disonancia. 

www.mauriciocardenas.co


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Cúcuta, junto a su área metropolitana, mejoró en ocho de 13 pilares, pero mantuvo el puesto 18 entre 32 capitales.
Leonardo Oliveros
Leonardo Favio Oliveros

Con un puntaje de 4,7 sobre 10, que la llevó a ocupar el puesto 18 entre 32 ciudades, Cúcuta (área metropolitana) se estancó en el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2023, porque se mantuvo en la misma posición frente a 2022, por debajo de Bogotá (7,96), Medellín (7,16), Tunja (6,47), Cali (6,42) y Bucaramanga (6,31), las cinco ciudades más competitivas del país.

En el informe presentado por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y la Universidad del Rosario, la capital de Norte de Santander se ubicó por delante de Montería (4,58) y Valledupar (4,44).


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El rector de la Universidad del Rosario, señaló que la presente edición del ICC incluye 106 indicadores, conformados a partir de datos duros, no de percepción. Por lo tanto, constituye una herramienta de diagnóstico riguroso de la situación de las ciudades, de tal forma que los gobiernos locales, la sociedad, el sector privado y la academia puedan contar con herramientas para ejercer sus roles de forma informada, oportuna y pertinente.

Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del CPC, señaló que el diseño de buenas políticas públicas a nivel subnacional requiere de evidencia, y su implementación debe orientarse a la búsqueda de resultados. 

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Los retos de Cúcuta

La investigación reveló que la ciudad avanzó en ocho de los 13 pilares, destacándose el aumento de 0,9 puntos en los pilares de instituciones y de educación superior y formación para el trabajo. La capital ocupó el lugar 15 en ambos.

Cúcuta (A.M.) alcanzó su mejor desempeño en el pilar de sofisticación y diversificación, con 7,9 puntos (puesto 12), tras ocupar la primera posición a nivel nacional en diversificación de mercados de destino de exportaciones, en el que registra una puntuación de 10/10.

De otro lado, disminuyó 1,2 puntos su calificación en el pilar de entorno para los negocios y bajó al puesto 23. Lo anterior, debido a su retroceso en 10 puestos en concentración en el sector terciario.


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En mercado laboral registró una leve reducción en la calificación (-0,6). Así obtuvo un puntaje de 4,8 y ocupó la casilla 24 de la tabla.

Sin embargo, el reto más importante es el pilar de innovación, en el que registra su puntaje más bajo (2 sobre 10), por su bajo desempeño en los indicadores de modelos de utilidad (puesto 32) e inversión en ACTI (puesto 23).

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Sobresaliente en educación

El gerente de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cúcuta, Diego Andrés Gómez, indicó que Cúcuta (A.M.) se destacó con el mayor ascenso de siete posiciones en educación superior y formación para el trabajo, evidenciando escalamiento en las variables cobertura en instituciones de educación superior con acreditación de alta calidad, por el reconocimiento logrado por las Universidades Francisco de Paula Santander (UFPS) y de Pamplona (Unipamplona); y proporción de estudiantes matriculados en educación para el trabajo y el desarrollo humano en instituciones certificadas.

“Por ello, en el lanzamiento de hoy (11 de octubre), la Gerencia de Competitividad delegó a su Comisión Regional de Competitividad e Innovación (CRCI) de Norte de Santander para que recibiera el reconocimiento en la categoría ‘Apuesta por el Futuro’. Este reconocimiento lo merecen las universidades públicas y privadas que se han esforzado en acreditar sus programas”.


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El líder gremial recalcó que desde la Cámara vienen fortaleciendo constantemente el tejido empresarial, apoyándose en las universidades como centros de investigación para desarrollar proyectos estratégicos para la región, que no solo generen impacto económico positivo, sino social, ayudando a ser más sostenibles.

“Todo lo anterior se logra junto a la Gobernación, al articular todos los actores en la construcción del Pacto por la Educación con una visión al 2050, enfocada a cambiar la calidad educativa para apalancar la formación humana, en el marco de la educación como un derecho, en un territorio transfronterizo, dinámica, sostenible y en paz”.

Diego Goméz añadió que según el CPC, esta versión del ICC no es comparable con las demás versiones, dado que cada año se mejora la metodología de medición e ingresan o salen. No obstante, afirmó que desde la Cámara de Comercio tienen como gran meta, a mediano plazo, hacer que Cúcuta entre al top 10.

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(La ciudad disminuyó 1,2 puntos en el pilar de entorno para los negocios (puesto 23)./Foto Archivo)

Según el Consejo Privado de Competitividad, en términos generales, el ICC registró una reducción en la diferencia en puntaje entre el mejor y el peor de la medición en ocho de los trece pilares. Además, 20 de los 32 territorios evaluados presentaron un incremento en su puntuación general, respecto al recalculo del año pasado; mientras que, tan solo ocho ciudades registraron un deterioro.

¿Qué ha afectado la competitividad?

De acuerdo con Diego Gómez, el reto principal está en el pilar de infraestructura, en el subpilar de infraestructura de servicios. Sostuvo que, a nivel nacional, se presentó una coyuntura poscovid con los generadores de energía eléctrica y durante los últimos meses subió el precio del kilovatio. 


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“Vamos a ver qué sucede con el fenómeno de El Niño y la alta demanda de energía eléctrica de la población de Cúcuta y su área metropolitana, así como la baja capacidad de los generadores. En otras palabras, hay más demanda de energía que oferta disponible para los ciudadanos, por esta razón, descendimos 6 posiciones en la variable de costo de energía”. 

También resaltó que el sector de la construcción viene expandiendo sus proyectos de vivienda, lo cual conlleva a una demanda en la cobertura de los servicios de energía, agua y alcantarillado.

¿Cómo mejorar?

 

El gerente de Competitividad de la Cámara de Comercio, manifestó que, en asocio con la Gobernación, se está construyendo el Índice de Competitividad Municipal para Norte de Santander, el cual permitirá medir las brechas entre los 40 territorios del departamento. 

Diego Gómez aseguró que es importante que está herramienta sea revisada por las alcaldías del área metropolitana, con el fin de buscar estrategias de política pública para la reducción de las brechas identificadas y así mejorar la competitividad.


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