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En el Sagrado Corazón tocan y cantan por la integración desde las aulas de clase
Los jóvenes del Colegio Sagrado Corazón de Jesús conformaron la orquesta sinfónica y el coro para desde las artes enseñar la inclusión en el colegio.
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Domingo, 17 de Septiembre de 2023

Son las 3:30 de la tarde y por los ventanales del segundo piso de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús se escucha la trompeta, color cobrizo, que toca David Emanuel Antequera, venezolano, de 17 años. Suena ‘Bésame mucho’, de la compositora mexicana Consuelito Velázquez, estrenada en 1940, y él y sus compañeros de estudios la ensayan con una pasión única. 

Se detiene el sonido de la trompeta y sus compañeros prosiguen en el ritmo y con la dirección del profesor Juan Toscano, terminan la pieza musical. Las manos del ‘profe’, como le llaman los chicos, marcan el tiempo de los instrumentos de viento, percusión y cuerdas.

Son 30 jóvenes los que se compaginan a la perfección para que cada nota musical suene hermosa y la interpretación resuene por todo el colegio. Este grupo de chicos forma parte de la Orquesta Sinfónica de la institución, creada hace 4 años y que está integrada en su totalidad por alumnos del bachillerato, quienes en horas la mañana van a clases y en las tardes asisten a su proceso de formación musical.

La institución educativa cucuteña está apostando a la educación musical de sus alumnos y les facilita los instrumentos a los jóvenes, aumentando así la capacidad del grupo. 

El director, Juan Toscano, explicó que cuando ingresó al colegio ya había un semillero musical y él continuó el trabajo adelantado en años anteriores. 


“Cuando un niño quiere ingresar a la orquesta sinfónica el proceso es un poco más lento, porque ya son instrumentos musicales, y empieza a incluirse en el proceso de enseñanza lo técnico, las partituras. La orquesta maneja niveles, es decir, hay estudiantes que manejan niveles muy altos, otros niveles medios y otros que son chicos que hasta ahora están explorando en esto de los instrumentos sinfónicos”, precisa el profesor. 

El proceso de enseñanza musical debe ir acompañado de un excelente desenvolvimiento de lo académico, pues refiere Toscano, que para ellos es fundamental que los estudiantes rindan en las diferentes materias. 

David Emanuel tiene ya dos años en la orquesta y cuenta que desde niño comenzó a introducirse en el área musical en la banda de guerra de su colegio en Ureña, poblado fronterizo venezolano. “Allá empecé tocando la caja, luego la timba y por último un instrumento de viento que se llama corno. Cuando logré ingresar a la orquesta me propusieron tocar trompeta y decidí intentarlo, me gustó el instrumento y lo hago con gusto”, dice.

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Sarah Acevedo tiene 15 años y toca en la orquesta la flauta traversa. A ella no le gustaba la música, pero quedó en la técnica de música del colegio y como la mayoría de sus amigos estaba en la orquesta decidió entrar. “Al principio no sabía cómo poner los dedos en la flauta, pero con el apoyo del profesor y mis compañeros lo logré. Yo trataba de rendirme y el profesor no me permitió dejar la orquesta”, contó. 

La joven colombiana cuenta que la orquesta le encanta, porque recibió el apoyo sin importar color de piel, nacionalidad o creencias. “Todos somos seres humanos sin importar de donde seamos y en la agrupación eso se afianza aún más”, dijo. 

El grupo de jóvenes músicos se ha presentado en conciertos regionales, donde han dado muestra del talento y la versatilidad con cada instrumento musical.

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Coro del colegio

En las mismas aulas de la orquesta, también ensaya el coro del colegio Sagrado Corazón de Jesús, integrado por aproximadamente 35 estudiantes. Este grupo aún no alcanza el año de conformado, pero ya sus voces se compaginan de manera armónica. 

“Para escoger estos muchachos se hizo una serie de audiciones en los distintos cursos del plantel y se fueron identificando los jóvenes que tuvieran una voz para entonar, y fueron los seleccionados”, explicó el profesor. 

Entre estos jóvenes está María Gabriela Benítez, quien entró al coro tras este proceso de audición y luego de ingresar confiesa que amó lo que hacían en el coro. “Entre nosotros, cuando comenzamos el coro nos integramos muy bien, porque varios veníamos de la sinfónica; pero cuando se fueron vinculando otros niños de los demás cursos nos empezamos a llevar muy bien, porque la base de este coro es la convivencia y el trabajo en equipo”. 

Confiesa María Gabriela que el sentimiento que despierta con su canto en otras personas hizo que quisiera el coro del colegio. “Por este motivo uno se esfuerza más por asistir a los ensayos y a las presentaciones”, dijo. 

También forma parte de las filas del coro, Juan David Gómez, de 17 años, venezolano que estudia en el Sagrado Corazón desde tercer grado. “Las artes es algo que llama mi atención y por eso además del coro, tocó saxofón en la orquesta. Utilizar la voz como instrumento para transmitir emociones, sentimientos o una historia a través de las letras que cantamos es arte, y es algo que me gusta mucho”, precisó.

El profesor Toscano explicó que “ambas agrupaciones están conformadas en su mayoría por jóvenes del bachillerato, porque los niños de primaria estudian por las tardes, en los mismos horarios que los ensayos del coro y la orquesta”.

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Unidos por las artes

La música y la educación son dos ejes  fundamentales para lograr la integración. “Todo lo que se hace desde el coro y la orquesta se hace por medio de un eje de hermandad y solidaridad con el otro”, dice el director. 

El trompetista de la orquesta, Emanuel explica sobre este proceso de inclusión, que “desde el momento que yo entré se me facilitó el material de apoyo, el instrumento (…) y mis compañeros me ayudaban también en la lectura del pentagrama”.

Las artes dentro de ambos agrupaciones han servido para unir sonidos, voces y talentos; pero también para integrar a estos niños y jóvenes sin discriminar por su color de piel, creencia o nacionalidad. 

“Acá todos somos iguales y solo hacemos artes para que la gente disfrute nuestro trabajo”, enfatiza la joven Sarah. 


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