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Frontera
Es posible una frontera legal con oportunidades para todos: Secretaria de Fronteras
Marina Sierra cree necesaria la negociación y la creación de condiciones para un desarrollo más armónico.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Sábado, 12 de Diciembre de 2015

El pasado lunes, ante el gobernador de Norte Santander, Edgar Díaz, tomó posesión como titular de la Secretaría de Fronteras y Cooperación Internacional, Marina Sierra de Rodríguez. Abogada y administradora de empresas, se ha desempeñado en la docencia en las universidades Francisco  de Paula Santander y Simón Bolívar.

Se ha especializado, además, en los asuntos fronterizos, con mucha dedicación  a la investigación y divulgación de temas de ese orden. Ha participado en seminarios, congresos y diversos foros académicos en Colombia y en el exterior y es autora de un libro que está listo para publicación.

Asume usted la Secretaría de Asuntos Fronterizos y Cooperación Internacional en medio de la crisis generada por la decisión del Gobierno de Venezuela de cerrar la frontera con Colombia. ¿Cómo ve esta situación?

Primero que todo, para los estudiosos del tema, la frontera no está cerrada. Están cerrados los pasos de frontera. Hay necesidad de partir del hecho de que las políticas de los Estados para las zonas de frontera se refieren a aspectos tan cruciales para ellos, como la ciudadanía, la identidad, la lealtad política, de modo que donde la fronteras o límites son cerrados, significa crear espacios sociales y económicos distintos a  un lado y otro del mismo, mientras donde las fronteras son abiertas y hay pocas restricciones al movimiento, es posible el desarrollo de regiones transfronterizas. Luego la situación creada la percibo difícil mientras estén suspendidos los acercamientos diplomáticos y  estén  limitados en extremo los diálogos entre los actores de la relación transfronteriza que había existido de hecho. La importancia dada al límite está impactando el paisaje humano que habita este espacio geográfico importante.

¿Qué futuro puede tener en esas condiciones la integración entre Colombia y Venezuela?

De mucho trabajo. Primero, en la difícil tarea de  recuperar la confianza no solo entre los gobiernos, sino entre los colombianos y venezolanos y, luego, en ser conscientes de que es posible una frontera legal y de oportunidades para todos. Es necesaria la negociación y creación de condiciones para un desarrollo más armónico.   

¿Cuáles son los resultados de los trabajos emprendidos por las comisiones promotoras de acciones integracionistas y  de las cuales usted ha hace parte?

Empezar a concienciar a las futuras generaciones, primero de la importancia estratégica de las fronteras, de las potencialidades en ellas existentes y de la necesidad de que no nos vean como el problema, sino como la posibilidad de promover el desarrollo de los países desde esas potencialidades; la de mantener la inexorable necesidad de integración y cooperación de las comunidades por encima de las diferencias entre los gobiernos; de la urgencia de ir creando también conciencia de la necesidad de que exista una normativa integral para atender todas las circunstancias que el mismo hecho de ser fronteras genera; de que las políticas públicas sean de largo alcance y no coyunturales; de que es urgente la verdadera articulación institucional para la atención de las necesidades de la población asentada en ellas.

¿Su secretaría dispone de instrumentos adecuados para las tareas que le competen?

En términos de estructura organizacional, por lo menos tiene definida una misión y unas funciones importantes y necesarias que implementadas lograrían vigorizar la identidad del departamento dentro del  país y en el exterior. Pero a ello hay que agregarle la decisión de no mirarla igual que las relaciones binacionales,  o  solo cuota política sino como un instrumento que bien orientado y dirigido se constituya en generador de acciones y recursos especialmente de cooperación internacional que coadyuven en disponer de oportunidades e inclusión social de la población asentada en los municipios fronterizos especialmente, como es su razón de ser.

¿Están las universidades de las zonas fronterizas en condiciones de aportar acciones  de recíproco beneficio para las relaciones binacionales?

En condiciones de aportar acciones de reciproco beneficio para las relaciones binacionales, definitivamente, sí. Pero también les hace falta un protagonismo e incidencia real en el análisis de las situaciones, en  las propuestas reales para la solución de los problemas desde los procesos de investigación y en el enfoque, pertinencia y calidad de los programas académicos ofrecidos. Ser más protagonistas en los procesos de desarrollo de la región.

¿Cómo aprecia las políticas de frontera de Colombia y Venezuela?

Elaboradas desde los escritorios de Bogotá y Caracas. Sin una real y efectiva participación de los actores regionales en su definición y sobre todo en su implementación. Sin unificación en un Estatuto de Frontera sino dispersa en diferentes normas. Con visiones  e intereses gubernamentales diferentes, para atender coyunturas y no aspectos estructurales existente en los dos países.

¿Tiene alguna propuesta en especial?

Varias: crear un marco normativo que unifique todo los aspectos que requiere la atención compleja de las fronteras; que se vuelva a crear un órgano de carácter permanente, autónomo que trabajará directamente con las autoridades regionales sin tener que depender de la Cancillería  y de cada uno de los demás Ministerios, quizás como lo están proponiendo investigadores de la  universidad del Rosario, crear una Agencia Nacional para las Fronteras, porque ya se tienen los requisitos exigidos: el reconocimiento de  la existencia de un problema: las fronteras y su actual situación, en el  nuevo Plan Nacional de Desarrollo y las acciones necesarias para conjurarlo. Solo falta la instancia que repiense la frontera.

Adicional a ese Estatuto de Frontera, para nuestra región, focalizar los recursos del Conpes de Frontera 3805/14 y el Plan  Fronteras para la Prosperidad hacia la disminución de las brechas socioeconómicas, y de los problemas estructurales existentes en los municipios de frontera. Trabajar, decididamente, en su desarrollo endógeno mientras se siguen haciendo esfuerzos por restablecer las relaciones transfronterizas y la integración y cooperación con otra visión más responsable sobre la planificación territorial. Para ello tengo la propuesta de definir Zonas Fronterizas de Desarrollo Endógeno que posibilite lo anterior.

¿Cómo concibe el futuro de la región?

Difícil pero no imposible de construir desde un mejor sentido de pertenencia, de claridad. La construcción de región, de vida feliz es tarea y responsabilidad de todos, bien orientada desde las instituciones públicas y las organizaciones privadas. Dicen que las épocas difíciles son las que definen el carácter de los pueblos. Tenemos el reto y el desafío de construir nuestro propio destino y si las condiciones se dan, en conjunto con el pueblo venezolano.

¿Va a seguir en la docencia?

Sí, es mi mejor forma de realización porque me permite tener la oportunidad de transformar vidas humanas orientándolas hacia el mejor camino en su construcción de proyecto de vida.

¿Cree posible el mejoramiento de la calidad académica de las universidades regionales cuando han llegado a los más bajos niveles?

Siempre y cuando sus órganos directivos no dejen que las permeen los vicios de la politiquería y los peores vicios que tiene lamentablemente la cultura del país: el facilismo, la falta de ética, la compra de consciencias para mantenerse en el poder que debe ser para construir oportunidades para una juventud que está necesitando verdaderas y reales opciones de vida digna y no de frustraciones.

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