Cientos de personas de todas las edades cruzaron ayer desde el mediodía el puente internacional Simón Bolívar, que se encontraba cerrado para el paso peatonal desde febrero de 2019.
La apertura se dio sin estridencias; de manera inesperada los guardias que hasta este día se empeñaban en prohibir el libre tránsito de personas sobre la estructura binacional, se hicieron a un lado y la gente comenzó a fluir sin problemas hacia Colombia.
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Aunque este martes se dió paso franco, la información oficial es que los transeúntes deberán presentar cédula de identidad y carné de vacunación, requisitos que serán requeridos por las autoridades colombianas, que además aplican un pico y cédula, es decir, personas cuyas cédulas terminen en números pares (0, 2, 4, 6 y 8) podrán pasar en días pares y cédulas terminadas en números impares (1, 3, 5, 7, 9) lo harán en días impares.
Por el momento la apertura peatonal será solo por San Antonio, aunque se espera que en las próximas semanas la medida se extienda a los pasos fronterizos de Ureña y Boca de Grita, este último en Puerto Santander.
Las autoridades migratorias venezolanas sólo están sellando pasaportes a quienes ingresan al país, y niegan el trámite a los venezolanos que intentan salir hacia otro país.
Durante un recorrido por el puente Simón Bolívar, Freddy Bernal, representante político del presidente Nicolás Maduro en Táchira, dijo que continúan a la espera de Colombia para la reapertura comercial. Situación que aguardan los gremios económicos a ambos lados de la frontera desde el retiro de los contenedores.
“Desde el cuatro de octubre, por parte de Venezuela no hay obstáculos físicos ni jurídicos para la total apertura de la frontera... Pero nos cansamos de esperar por Colombia”, insistió el funcionario.
Felices pero escépticos
Algunos de quienes este martes lograron pasar por el puente, manifestaban su emoción por finalmente librarse de las trochas, aunque se mostraban escépticos de que la medida se prolongue en el tiempo.
“En cualquier momento la vuelven a cerrar” dijo Guadalupe Guerrero, quien reside en Cúcuta desde hace más de dos años y aprovechó la apertura para retirar su cédula de identidad venezolana ante el Saime.
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“Esto es lo mejor que nos pudo pasar hoy”, expresaba Esperanza Rodríguez, quien debe cruzar frecuentemente para comprar los medicamentos de sus padres ya mayores. Dijo que el paso por el puente es además de seguro, más corto y menos estresante que el tránsito por los pasos irregulares.
“Creo que esto es lo mejor, normalizar el paso como lo teníamos antes, dijo Dony Carriedo, habitante de San Antonio, para quien es importante que las autoridades de ambos países exijan el carné de vacunación y cuiden los protocolos de bioseguridad.
Daniel Ruiz tiene cuatro años cargando mercancías sobre su espalda de uno a otro lado de la frontera y al ser consultado sobre la apertura dijo con una sonrisa: “todo fino, por aquí el trabajo es mucho más suave que estar saltando por esas piedras, aquí la gente ( refiriéndose a los guardias) nos colabora”. Espera que pronto se restablezca el auge de compradores que venían desde todos los rincones de Venezuela antes del cierre fronterizo.
