
Comienza noviembre, que tradicionalmente marca el inicio de la temporada navideña para la mayoría de los comercios y vidrieras decoradas para la ocasión; sin embargo, nada de eso sucede en San Antonio y Ureña, estado Táchira.
Esta situación tampoco ocurre en el resto de las poblaciones de la frontera tachirense, afectada, desde hace 2 meses y medio, por un cierre total de fronteras decretado de forma unilateral por el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que acompañado de una medida de estado de excepción, restringe las libertades económicas y de tránsito en 10 de los 29 municipios del estado.
Según Isabel Castillo, presidenta de la Cámara de Industria y Comercio de San Antonio del Táchira, la principal preocupación de los empresarios y comerciantes es que ante la inminencia de la temporada decembrina y de los compromisos que ella acarrea tanto desde el punto de vista laboral como en la producción y venta de mercancías. “No hay quien les apoye ni siquiera con un crédito, porque toda la actividad económica en la zona está prácticamente paralizada”, señaló.
Desidia y corrupción
“En las poblaciones de frontera hay desidia, miseria, hambre y corrupción”, aseguró la dirigente del gremio.
Según cifras de la Cámara de Comercio, de los 350 afiliados a la institución, el 60% corresponden al comercio, el 30% a la industria y el 10% a la prestación de servicios, se encuentran paralizados al menos en sus dos terceras partes.
“En este momento, según los últimos estudios, al menos el 70% del comercio se encuentra cerrado y la poca industria que está produciendo lo hace a media máquina, pues en ese sector hemos encontrado un 80% de cierre.
Carrillo también indicó que “los servicios y el transporte se encuentra completamente paralizado, así como las almacenadoras y el sector aduanero, mientras los operadores cambiarios desaparecieron por completo”, explicó.
Crítica situación
Dijo que la frontera pasó de estar en emergencia a encontrarse en situación crítica, “no sólo en la parte comercial, sino también en salud y en todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana… ha habido maltratos, vejaciones y humillación por parte de todos los organismos de seguridad, y estamos bajo la discrecionalidad de los funcionarios de turno”.