
Por segundo día consecutivo, unos 300 vecinos de Ureña mantuvieron interrumpido este martes el paso hacia San Antonio, en protesta por la escasez de alimentos y medicinas, así como por la inseguridad reinante en toda la zona de frontera; razones por las que están exigiendo al gobierno venezolano la reapertura de los puentes internacionales.
La protesta inició el lunes a las 10:00 de la mañana, luego de las actividades realizada en Ureña exigiendo la reapertura de la frontera, y se extendieron durante toda la jornada. En la noche, los vecinos hicieron guardia, para evitar que las barricadas fuesen levantadas por la policía municipal presente en el lugar, y continuaron este martes.
Afirman que están dispuestos a permanecer en el lugar hasta tanto se ordene la reapertura de los puentes internacionales por parte del presidente Nicolás Maduro, y se han organizado por turnos para mantener la protesta, mientras el paso permanece obstruido con árboles, escombros y neumáticos encendidos.
Allí participaron habitantes de los sectores Plaza Vieja, La Villa, La Goajira, La Esperanza y 5 de Julio, quienes aseguraron que están cansados de enviar cartas sin respuesta al gobernador Vielma Mora, al General Martínez desde hace varios meses.
“Ya basta de indiferencia, aquí la gente se muere sin encontrar los medicamentos que necesita; o los mata el hampa, o deja días y noches enteros en una cola por comida y eso nia Vielma ni a Maduro les importa. A ellos no les importa nada de lo que pase en esta frontera, porque se olvidaron de nosotros”, dijo un joven involucrado en la protesta.
“Estamos cansados de le escasez, de la delincuencia y de la corrupción, por eso estamos aquó protestando, para que abran los puentes internacionales y nos permitan ir a Colombia a buscar los alimentos y las medicinas que no encontramos en Venezuela”, dijo Víctor Mejía, habitante del sector.
Aclararon que no quieren ser tildados por las autoridades como delincuentes o paramilitares.
“Aquí cuando la gente protesta dicen que somos delincuentes, o paramilitares, o infiltrados; esto es una protesta netamente de la población, aquí no hay colores políticos, todos somos vecinos, todos nos conocemos y hay chavistas y hay quienes no son chavistas, y hay quien no es ni de uno ni de otro, porque aquí todos estamos llevando lo mismo, todos bregamos para encontrar las cosas, todos estamos expuestos a que nos maten en la calle, porque aquí quien manda es la delincuencia”, dijo una señora que pidió no ser identificada.