
Los acuerdos suscritos por los presidentes de Colombia y Venezuela tras su encuentro este lunes en Quito, han generado una serie de expectativas, tanto en voceros del gobierno como de la oposición y el sector empresarial del estado Táchira.
En líneas generales, todos guardan la esperanza –unos con mayor escepticismo que otros- de que este constituya el primer paso hacia el fin de un conflicto que está dejando hondas heridas sociales y económicas a uno y otro lado de la frontera binacional.
Para el exgobernador tachirense César Pérez Vivas, la reunión entre los presidentes Santos y Maduro no resolvió “nada sustancioso sobre los problemas concretos que vive a diario nuestra frontera con Colombia”.
Asegura que se trató más de un intento por solventar la crisis diplomática que las actuaciones del gobierno venezolano generaron con el cierre “intempestivo y brutal” de la frontera, y que tras la cita no hay una respuesta para reponer la calidad de vida de una inmensa comunidad de seres humanos que a lo largo de muchos años han desarrollado su actividad vital en torno a ambos lados de la línea limítrofe.
Lo importante es el ‘cómo’
Para Pavel Rondón, ex embajador de Venezuela en Colombia, la reunión presidencial permitió superar una tensión que habían vivido los dos países, tan importante que tuvieron que recurrir a un tercero, “esa es una táctica de la diplomacia cuando las partes no pueden ponerse de acuerdo por si solas; y esa es la primera conclusión positiva, no se necesita a la OEA ni a Estados Unidos, sino que América Latina tiene nuevos mecanismos autónomos y eficientes”.
Para el sector empresarial, el encuentro constituye una esperanza de que la economía fronteriza, una de las más fuertemente afectadas durante esta crisis, comience a reactivarse, pese a que considera que en la cita presidencial “después de tanto conversar acordaron que hay que seguir hablando”.
Así lo señaló José Rozo, ex presidente de la Cámara de Comercio e Industria de San Antonio, para quien constituye una prioridad el restablecimiento del flujo de mercancías a través de los pasos binacionales.
“Ojala este diálogo sirva para afianzar nuestras fortalezas y combatir debilidades comunes como la pobreza, la inseguridad y el desempleo”, destacó finalmente.