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Los vecinos de la calle 12 con avenida 0 del barrio Motilones, en la
ciudadela Juan Atalaya, sostuvieron ayer que el homicidio de un joven de
23 años pudo haber desencadenado en una tragedia mucho mayor. Sin
embargo, “gracias a Dios no fue así”.~
Los vecinos de la calle 12 con avenida 0 del barrio Motilones, en la ciudadela Juan Atalaya, sostuvieron ayer que el homicidio de un joven de 23 años pudo haber desencadenado en una tragedia mucho mayor. Sin embargo, “gracias a Dios no fue así”.
Héctor Alexis Mendoza Infante fue atacado a bala por un desconocido cuando se encontraba, la noche del jueves, en una esquina del sector, frente a un centro educativo. Según testigos, con él había entre 5 y 10 personas.
“Todos estaban reunidos como de costumbre. Nadie se imaginó que por la calle 12 fuera a llegar un sicario disparando. Los tomó por sorpresa. Les llegó por la espalda”, manifestó un muchacho, quien aseguró que también frecuenta esa esquina, pero anoche “por fortuna no estaba ahí”.
El declarante, sin embargo, afirmó que en el sitio se solían congregar algunos consumidores de sustancias estupefacientes, lo que, al parecer, podría haber generado el hecho de sangre.
“El ‘pelao’ que mataron era trabajador. No se metía con nadie. A veces se ‘parchaba’ ahí un rato y se iba para la casa. Lo que pasa es que también llegan ‘manes’ que se meten en vainas raras”, manifestaron jóvenes que asisten al lugar.
El comandante del Segundo Distrito de la Policía Metropolitana de Cúcuta, mayor Gustavo González, explicó que, por la forma como se registró el caso, la hipótesis más clara es que iban directamente por Mendoza Infante.
“Se encontraba con varias personas, pero le dispararon directamente a él. No hubo un ataque indiscriminado. Solo le propinaron un disparo”, precisó el oficial.
Testigos relataron a investigadores de la Policía que un hombre cometió el crimen y salió a correr. Al parecer, dos cuadras más adelante lo esperaba otra persona en una motocicleta.
Según informantes, el pistolero era de piel trigueña, de contextura delgada y de 1.65 metros de estatura.
Las autoridades intentan precisar las características físicas del cómplice que lo recogió y de la moto que emplearon para salir de la escena.
Allegados a Mendoza Infante dijeron que vivía a tres cuadras de donde fue asesinado.
El jueves, a las 8:30 de la noche, había salido de trabajar como costurero y se dirigía a su vivienda.
“Vivía con sus padres. Ya iba a llegar a la casa y se quedó hablando con unos amigos cuando lo atacaron. No sabemos por qué lo mataron. No tenía amenazas”, manifestó uno de sus parientes.
Quienes lo escucharon pedir que no lo dejaran morir, lo trasladaron a un centro médico cercano. Pasados unos minutos, falleció.


Héctor Alexis Mendoza Infante fue atacado a bala por un desconocido cuando se encontraba, la noche del jueves, en una esquina del sector, frente a un centro educativo. Según testigos, con él había entre 5 y 10 personas.
“Todos estaban reunidos como de costumbre. Nadie se imaginó que por la calle 12 fuera a llegar un sicario disparando. Los tomó por sorpresa. Les llegó por la espalda”, manifestó un muchacho, quien aseguró que también frecuenta esa esquina, pero anoche “por fortuna no estaba ahí”.
El declarante, sin embargo, afirmó que en el sitio se solían congregar algunos consumidores de sustancias estupefacientes, lo que, al parecer, podría haber generado el hecho de sangre.
“El ‘pelao’ que mataron era trabajador. No se metía con nadie. A veces se ‘parchaba’ ahí un rato y se iba para la casa. Lo que pasa es que también llegan ‘manes’ que se meten en vainas raras”, manifestaron jóvenes que asisten al lugar.
El comandante del Segundo Distrito de la Policía Metropolitana de Cúcuta, mayor Gustavo González, explicó que, por la forma como se registró el caso, la hipótesis más clara es que iban directamente por Mendoza Infante.
“Se encontraba con varias personas, pero le dispararon directamente a él. No hubo un ataque indiscriminado. Solo le propinaron un disparo”, precisó el oficial.
Testigos relataron a investigadores de la Policía que un hombre cometió el crimen y salió a correr. Al parecer, dos cuadras más adelante lo esperaba otra persona en una motocicleta.
Según informantes, el pistolero era de piel trigueña, de contextura delgada y de 1.65 metros de estatura.
Las autoridades intentan precisar las características físicas del cómplice que lo recogió y de la moto que emplearon para salir de la escena.
Trabajaba como costurero
Allegados a Mendoza Infante dijeron que vivía a tres cuadras de donde fue asesinado.
El jueves, a las 8:30 de la noche, había salido de trabajar como costurero y se dirigía a su vivienda.
“Vivía con sus padres. Ya iba a llegar a la casa y se quedó hablando con unos amigos cuando lo atacaron. No sabemos por qué lo mataron. No tenía amenazas”, manifestó uno de sus parientes.
Quienes lo escucharon pedir que no lo dejaran morir, lo trasladaron a un centro médico cercano. Pasados unos minutos, falleció.