La Alcaldía de Cali decretó una ley seca y un toque de queda para menores en la noche del miércoles en la esperanza de evitar episodios de violencia asociados con el partido de ida de la final del torneo Apertura entre Deportivo Cali y Atlético Nacional.
Los grupos más agresivos de aficionados tienen jóvenes que consumen bebidas alcohólicas, drogas y llevan cuchillos y machetes, según las autoridades.
El partido de ida se disputaba el miércoles por la noche en el estadio Palmaseca del Cali en Palmira, a las afueras de Cali, y el de vuelta se celebrará en el Atanasio Girardot, la casa de Nacional, el domingo.
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"Se dispuso mantear el cierre de fronteras en la ciudad (Cali) para la entrada y salida de barras organizadas así como su tránsito en grupo por las calles", anunció el secretario de Seguridad y Justicia Juan Pablo Paredes.
La Alcaldía prohibió arrojar agua, harina, el uso de pólvora y suspendió además los permisos para cualquier actividad en tarimas y las vías.
Un helicóptero sobrevolará la ciudad para detectar posibles disturbios.
Choques entre fanáticos de Cali y América antes, durante y después del juego por la Copa Colombia el 24 de mayo provocaron sanciones contra estos clubes de la Alcaldía de Cali y la liga profesional Dimayor. Los obligaron a jugar a puerta cerrada.
Cali eliminó al América al igualar 0-0 en el Pascual Guerrero y ganar 2-0 en Palmaseca, en ambos casos sin público.
Un joven con la camiseta roja de América de Cali murió apuñalado durante una riña mientras seguidores de Deportivo Cali festejaban el domingo la clasificación.