El 16 de noviembre de 1949 dejó una honda huella en los habitantes de El Carmen. Ese día, la violencia bipartidista que se desató tras al asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, y provocó ‘El Bogotazo’, marcó poco más de un año después la historia de ese pueblo de Norte de Santander.
Esa época de la guerra bipartidista entre liberales y conservadores, que terminó con el nacimiento del Frente Nacional, dejó en 10 años unas 300.000 víctimas y el departamento no fue ajeno a esa realidad.
El Carmen era conocido por ser un bastión liberal en una región de tendencia conservadora. El Congreso de la República era mayoritariamente liberal y el presidente Mariano Ospina Pérez era conservador.
De acuerdo con el Centro de Memoria Histórica, integrantes de la ‘Policía Chulavita’, considerado un grupo paramilitar, fueron los autores de esa masacre. “El busto de Jorge Eliécer Gaitán, ubicado en el parque principal del pueblo, fue destruido” en medio de esta situación que se extendió a otros municipios del Catatumbo. Algunos en la región recuerdan esto como ‘La guerra de los colores’.
Dicen que los verdugos actuaron durante 10 días apoyados por la Iglesia Católica y zonas vecinas como Ocaña y Convención. El resultado fue el asesinato de más de 70 habitantes y un pueblo saqueado.
‘A robar a El Carmen’
Un documental producido por estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña (UFPSO) cuenta detalles de la masacre y resalta que después de este fatídico día quedó impregnado en la región del Catatumbo el dicho ‘A robar a El Carmen’.
Efraín Torres de la Rosa y Mario Navarro, sobrevivientes que aparecen en el documental ‘En lo profundo del alma espantan’, relataron que el sacerdote del pueblo, Ebardo Salazar, era muy político y se dijo que “se prestó’ para facilitar la masacre, porque a él se le veía un resentimiento “muy grande” contra el liberalismo.
José de Dios Márquez, otro habitante del pueblo que vivió lo acontecido, afirmó que “fue una noche muy negra, desastrosa por la llegada de esa gente –los ‘Chulavitas’-. Decían que venían en son de paz”.