El rastro de sangre que quedó marcado desde la zona boscosa donde estaba el cadáver de Olga del Carmen Ramírez Contreras, hasta una casa de tablas y techo de zinc, donde vive Maikol Josué Olano Portillo, el presunto asesino, fue clave para que las autoridades rápidamente lo identificaran y lograran capturarlo.

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Cuando la Policía Metropolitana de Cúcuta llegó hasta la avenida 19A con calle 4, de la invasión Nueva Esperanza, en la ciudadela Juan Atalaya, donde se registró el homicidio, inició las pesquisas de manera detallada para tener indicios de quién había cometido el hecho.

Por eso, los uniformados siguieron la marca de sangre y llegaron hasta la vivienda, donde encontraron una bota manchada de sangre, unos guantes de la víctima y otros elementos que son analizados de manera minuciosa.

Mientras los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho)  adelantaban la inspección técnica del cadáver, de manera sigilosa unos policías se hicieron alrededor de la casa de Maikol Olano, a la espera de que llegara para detenerlo.

Hacia las 4:00 de la tarde del martes, el sospechoso llegó a la residencia y en ese instante los policías lo interceptaron. De inmediato, él se puso nervioso y les aseguró que tenía el pantalón manchado de sangre, porque supuestamente había encontrado un animal herido en el camino.

Los policías no le creyeron y lo detuvieron para dejarlo a disposición de la Fiscalía, para luego ser presentado en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, en las que un juez decidió enviarlo a la cárcel.

Sin embargo, las autoridades adelantan las pesquisas para establecer con certeza los móviles del crimen.

Llegó para cobrar un dinero

A las 9:00 de la mañana del martes, Olga Ramírez llegó en su motocicleta, de color negro y placa venezolana, hasta la casa de su suegra para cargar varios ventiladores, cobijas y otras mercancías que ofrecía por diferentes barrios de Cúcuta.

Según los familiares, Maikol Olano era cliente de la víctima, por eso ella llegó hasta Nueva Esperanza, hacia las 11:41 a.m., para cobrarle la cuota de unos elementos que él le había pedido.

Una de las hipótesis que analizan las autoridades es que, al parecer, ellos tuvieron una discusión, por lo que él sacó un cuchillo y la apuñaló en varias oportunidades.

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“No sabemos si él (Maikol Josué) no quiso pagarle la cuota de las cosas que le había pedido a la víctima o qué otra situación se presentó. El cadáver tenía señales de que fue arrastrado varios metros hasta ser dejado al lado de una malla, en una zona boscosa”, explicó una fuente judicial.

Asimismo, aseguró que, al parecer, Olano Portillo le robó la mercancía que la mujer tenía en su motocicleta.

El localizador

Los familiares y compañeros de trabajo de la mujer, tras notar que ella no llegó a almorzar ni a recoger a su hija, de 7 años, se alertaron por lo que revisaron por el GPS de la motocicleta para ubicarla.

Una vez conocieron el recorrido que hizo la mujer, buscaron a la Policía y se dirigieron hasta Nueva Esperanza.

Cuando el angustiado grupo llegó al lugar, encontró la moto parqueada en una calle desolada y a pocos metros hallaron el cadáver de la mujer, ensangrentado y lleno de tierra.

Una mujer amable

En medio de lágrimas, unos primos de la víctima la recordaron como una  mujer ‘guerrera’, que desde niña se acostumbró a trabajar para ganar dinero y conseguir el sustento para su familia.

Los dolientes les pidieron a las autoridades que continúen las investigaciones y que el responsable del hecho tenga todo el peso de la Ley. “Eso no compensará el dolor y la tristeza que nos deja este terrible hecho. Ella era una muy buena persona”, dijo un allegado.

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