Las autoridades en Convención se sienten solas. Los esfuerzos para capturar a los delincuentes que alteran la seguridad y el orden público de esta zona del Catatumbo son en vano. En los estrados judiciales cualquier argumento es aprovechado por la defensa de los detenidos para quedar en libertad.

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Recientemente el Ejército y la Policía detuvieron a un hombre que se movilizaba en una motocicleta marca Keeway, con un cuarto de pentonita y dos detonadores escondidos en una de las tapas laterales de la moto.

La alerta fue de un perro antiexplosivos, que dio la señal positiva a los uniformados en el puesto de control en el sector conocido como La Virgen, de Convención, por lo que de inmediato hicieron una rigurosa inspección hasta encontrar el explosivo.

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 delito de porte ilegal de armas, municiones o explosivos de uso restringido y de uso privativo de las Fuerzas Armadas.

A pesar de tener las evidencias en flagrancia y de soportar la tenencia del explosivo y de intentar buscar otra alternativa de judicialización en Cúcuta, pero el caso llegó al despacho del Juzgado Primero Penal Municipal con funciones de control de garantías, donde la decisión fue: libertad para el procesado.

“La defensa del detenido dilató el proceso, aplazaron las audiencias y después pidieron que se debía hacer una verificación al explosivo y así lo sacamos de Convención hasta Cúcuta, bajo los cuidados necesarios y tampoco funcionó”, explicó una fuente judicial.

Finalmente, el juzgado decidió ordenar la libertad del capturado el miércoles, dejando nuevamente una desilusión en los uniformados que se esfuerzan por garantizar la seguridad en esta zona del departamento, asediada por miembros de la disidencia del Frente 33 de las Farc y del Ejército de Liberación Nacional (Eln).

Según se conoció, en los últimos nueve meses, han ocurrido al menos tres casos similares, en los que los capturados quedan en libertad, a pesar de tener material de prueba que los involucra con grupos armados ilegales.

Las fuentes

Los fallidos procedimientos tanto del Ejército como de la Policía configuran un panorama desalentador para las autoridades en esta zona del departamento, especialmente en áreas urbanas, donde tienen que apoyarse de la información de inteligencia y de fuentes humanas que confían en los uniformados para capturar a los delincuentes.

“Las fuentes al ver que estas personas quedan libres, sienten temor y pierden la confianza en la institución y esto hace el trabajo más complejo, porque no hay credibilidad, lo que deja un espacio para los delincuentes a que sigan haciendo de las suyas”,  dijo la fuente.

Por ahora se espera que esta situación de un giro para que se fortalezcan los procesos judiciales y los procedimientos tengan argumentos jurídicos para que prosperen en los estrados.

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