Todo es silencio frente a la investigación a los uniformados del Batallón de Ingenieros Militares Número 30 del Ejército por lo ocurrido el fin de semana, en la vereda Santa Cruz (Tibú) en hechos en que perdió la vida Keiner Ovidio Bernal Torres. Los familiares claman justicia.

Bernal Torres y su amigo y su amigo Yexi Farley Gómez fueron detenidos para una requisa la tarde del sábado y luego señalados por los soldados de ser responsables del robo de una tubería. Cuando les notificaron que serían capturados, ambos salieron a correr.

Según la versión de Gómez, quien salió herido, después se presentó la reacción de los soldados que dispararon contra ellos.

Hasta ayer, en la tarde, los dolientes de Bernal Torres de 28 años, pudieron reclamar su cadáver para iniciar un viaje hasta San Pablo (Bolívar) de donde es oriundo junto a su familia.

“Dejamos nuestro pueblo porque se presentó la oportunidad de que él trabajara en Tibú con el aceite de Palma y nos vinimos con nuestros tres hijos. Ahora hemos quedado desamparados”, narró la compañera sentimental de  Keiner Ovidio.

La pareja y sus hijos de 12, 8 y 3 años residían en la vereda Serpentino, de dónde la mujer aseguró que su compañero salió (en moto) la tarde del sábado, con rumbo a la semifinal de un campeonato de fútbol que se llevaría a cabo en la vereda M-24.

“El Ejército no quiere asumir su responsabilidad. Harán lo que sea por evadir que tienen la culpa. Mi marido no era ningún ladrón”, dijo ella.

En su testimonio, asegura que él tomó esa vía junto a su amigo para ir más rápido a Tibú, sin pensar que encontraría la muerte. “Lo que he sabido es que cuando empiezan a acusarlos de ladrones ellos se miran y no pueden creer que los vayan a ‘embalar’ y por eso salen corriendo. El amigo se cae y un tiro lo roza, pero a mi marido le siguieron disparando”, contó.

Dolor y lágrimas

Esa misma noche, Yexi Farley Gómez se fue a la estación de Policía de Tibú e instauró una denuncia y contó todo lo que había sucedido. Para la mañana del domingo, los familiares y amigos de Keiner Ovidio, quien no aparecía lo fueron a buscar en el sitio.

“Lo buscamos por todos lados. Un señor de una finca me dijo hacia donde había corrido y me dirigí allá y ahí fue cuando lo encontré. Fue algo desgarrador, sentí que todo se me caía”, recordó.

Las autoridades conocieron del cadáver hacia las 11:45 de la mañana y fueron unidades de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) que inspeccionaron el lugar y levantaron el cadáver. Aunque delegados de la Personería estuvieron presentes no se han referido ni han dado declaraciones sobre este hecho.

Lo oficial

Por ahora, el Ejército ha presentado otra versión sobre lo ocurrido señalando que “en una rápida reacción se recuperaron 300 metros de tubería galvanizada de la línea de transferencia de crudo, que habían sido hurtados, al parecer por delincuencia común. Cuando realizaban la inspección, los uniformados se percataron de la presencia de dos automotores y se les hizo la señal de ‘pare’. Pese a esto no atendieron el llamado, huyeron del lugar y la tropa realizó algunos disparos”, indicó la institución, en un comunicado.

La insistente pregunta que la familia se hace es dónde ubicaron dicho material y en qué condiciones, pues ambos amigos no tenían nada.

“Como un día después si hablan de que encontraron algo robado. Lo que están haciendo es buscando como salir librados de este error que no quieren asumir. Mi marido no tiene nada pendiente con la justicia, era un hombre trabajador y eso dan fe todos quienes lo conocemos”, finalizó.

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