El cierre de las instituciones educativas, la intensidad de las acciones de los grupos armados que operan en el país y la grave crisis humanitaria por la que atraviesa la población en general, han sido el escenario de múltiples violaciones de derechos humanos e infracciones del derecho internacional humanitario contra niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo con el Observatorio Niñez y Conflicto Armado (ONCA) de la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico), entre enero y diciembre de 2020, se registraron 298 eventos de conflicto armado, de los cuales 197 eventos implicaron afectaciones directas contra esta población. En cuanto a las víctimas de estos hechos, se registró que por lo menos 12.481 niñas, niños y adolescentes fueron víctimas.
Los departamentos donde se registraron el mayor número de eventos fueron: Antioquia (31), Chocó (28), Valle del Cauca (26), Cauca (20) y Nariño (20). En cuanto al delito reclutamiento ilícito, se registraron 79 eventos que afectaron por lo menos a 222 niñas y niños, que en comparación con el año 2019, evidenció un aumento de 8 eventos y por lo menos de 22 víctimas.
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Al respecto, la Defensoría del Pueblo durante el 2020 emitió 54 alertas tempranas, de estas, por lo menos, 23 estaban orientadas sobre riesgo de reclutamiento en por lo menos 20 departamentos del país.
Cierre de escuelas
Fue precisamente el primer semestre de 2020 el periodo en el que se registró un aumento considerable de niñas, niños y adolescentes víctimas de este delito, situación que está asociada al control territorial que están ejerciendo los actores armados, a la situación de cierre de las escuelas, la violencia intrafamiliar y violencia sexual asociados principalmente al aislamiento preventivo.
La situación en las zonas de frontera en departamentos como Norte de Santander y Arauca sigue siendo preocupante por la presencia y control que ejercen actores armados ilegales en los pasos fronterizos que son irregulares, particularmente el Eln y las disidencias de las Farc-EP, una dinámica que también se ve en el departamento de Vichada y Guainía. Por su parte, en el departamento de Putumayo diferentes organizaciones sociales y comunidades indígenas han venido alertando frente a las acciones que allí adelantan las disidencias de las Farc-EP y algunos carteles asociados al narcotráfico, lo cual afecta de manera directa a las comunidades.
Militares
Hechos asociados a violencia sexual ejercida por parte del Ejército Nacional, fueron también parte del panorama del 2020, el hecho que desató la necesidad de revisar el relacionamiento de este grupo con la población civil y particularmente con la niñez ocurrió en junio.
La víctima del delito de acceso carnal violento, por parte de siete uniformados, fue una niña de la comunidad Embera Katio de 12 años.
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Este hecho elevó las alertas frente a la protección de la niñez indígena en el país, si bien, tuvo un rechazo colectivo y una exigencia de justicia inmediata que correspondiera con la comunidad afectada.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, el 15 de diciembre de 2020 condenó el aumento de la violencia ejercida por parte de grupos armados no estatales, grupos criminales y otros elementos armados en Colombia, en contra de campesinos, indígenas y afrocolombianos, e instó a las autoridades de país a tomar acciones concretas para proteger a la población de manera eficaz (ONU, 2020).
A octubre de 2020, esta oficina reportó 19 niñas, niños y adolescentes víctimas de las masacres al 16 de diciembre, sin embargo, en el seguimiento que se pudo establecer por Coalico el año cerro con 24 niñas, niños y adolescentes como víctimas mortales.
Mientras tanto, en lo corrido del primer trimestre del 2021 en el departamento de Antioquia, particularmente el bajo Cauca Antioqueño, donde hace presencia el Eln y grupos armados posdesmovilización, las acciones armadas se mantuvieron entre estos grupos y el Ejército.
Así mismo, las dinámicas de confrontación armada y el confinamiento fueron particulares en la zona del Chocó, Cauca y Valle del Cauca, corredor de la región pacífica que es importante en tanto el número de actores armados que allí se concentran, entre los cuales se identifican al Eln, disidencias de las Farc-EP, algunas estructuras locales que pertenecen al Clan del Golfo, entre otros y la presencia del Ejército y la Policía.
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Máquinas de guerra
A lo anterior se suman los eventos ocurridos a comienzos de marzo, varias niñas, niños y adolescentes se vieron afectados en una acción militar de bombardeo que se llevó a cabo el 2 de marzo en el municipio de Calamar, Guaviare; y que como respuesta a la situación el Ministro de Defensa en sus declaraciones tildó a las niñas, niños y adolescentes como “Máquinas de guerra”.
Expresión que genera el rechazo y repudio de Coalico que insiste en recalcar la condición de victimas que tienen las niñas, niños y adolescentes que han sido reclutados.
La paz, el camino
Frente a esta situación que deja cada día más niñas y niños víctimas de una guerra que no es suya, Coalico vuelve a traer las palabras, que en 2012, el Secretario General de las Naciones Unidas plasmó en su Informe Anual sobre Niños y Conflictos Armados.
“La mejor manera de proteger a los niños es mediante la paz, y por lo tanto insto a todas las partes a hacer lo posible por alcanzar una solución pacífica al conflicto y, en el contexto de negociaciones futuras con grupos armados no estatales, instó al Gobierno a incorporar en los acuerdos que se firmen disposiciones específicamente orientadas a la protección de los niños, incluida la liberación incondicional de todos los niños y su participación en condiciones de seguridad en todas las decisiones que los afecten”.
Redacción
Hilda Molano Casas
Julia Castellanos Medina
Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico)