Carlos Mario Maldonado es el hijo de Jennifer Maldonado, una madre venezolana y cabeza de hogar que la agobia la incertidumbre desde que supo que la corriente del río Táchira se llevó a su colaborador y soñador primogénito.
Eran las 8:00 de la mañana del lunes 16 de noviembre. Carlos Mario le avisó a su tía que no podía seguir esperando, sin hacer nada, para reunir lo necesario y sobrevivir.
Él, le precisó a la familiar que debía venir a Cúcuta y vender puerta a puerta aguacates o bananos, como lo venía haciendo desde hacía un tiempo atrás, pero debido a las fuertes lluvias de esos días, tuvo que parar.
Una hora más tarde, el joven dejó su casa, ubicada en el municipio venezolano Pedro María Ureña y luego de adentrarse en una trocha, se lanzó a cruzar el río Táchira.
Carlos Maldonado quedó grabado en un video que hizo alguno de sus conocidos, a la altura de El Salado, en Cúcuta. Esa es la última imagen que tiene la mamá de su hijo.
La grabación de 42 segundos registró una aparente calma del afluente. A lo lejos se vislumbra a Carlos Mario y otro joven, llamado Jonás, nadando del lado izquierdo.
Entre el agua marrón se ve el avance de ambos nadadores. Se nota como emergen entre cada brazada que dan. Maldonado es el segundo más alejado de la orilla. Diez segundos después de que se escuchó cuando un gallo cantó, el joven no alcanzó a agarrar las ramas que Jonás sí logró, en medio del río.
La corriente se llevó a Carlos Mario. El agua se tragó al joven y desde entonces, nadie lo ha hallado.
El drama
Este es quizás, el reflejo más duro por el que han tenido que pasar familias venezolanas enteras, al arriesgar sus vidas para cruzar a territorio colombiano y encontrar una solución a la crisis que viven en el vecino país.
Jennifer, en diálogo con La Opinión, contó que está devastada y que se siente sola en la búsqueda. Desde que se enteró, solo ha contado con los Bomberos de Cúcuta, pero las respuestas son casi nulas.
La mujer se resignó a la trágica realidad de que su hijo ya no cuenta con vida, pero súplica que la naturaleza le devuelva el cuerpo y poder darle cristiana sepultura.
“Yo me enteré de todo como a las 3 de la tarde de ese día y desde entonces no hemos parado de buscarlo. Él me ayudaba mucho, porque veía el sacrificio que me tocaba por él y sus tres hermanitos. Me decía que lograría dinero para lo que se necesitaba”, dijo la angustiada mamá.
La mujer ha tocado las puertas de la oficina de Gestión del Riesgo de Cúcuta, donde le tomaron los datos para luego llamarla, pero hasta ahora nadie se comunica con ella.
“No quiero quedar a la deriva. Esto es muy duro, es un vacío que me ha quitado la calma”, agregó la mamá.
Para el 12 de diciembre, Carlos Mario cumple sus 17 años. Hace unas semanas le prometió a la mamá que su sueño era conseguirle una casa para que no siguiera pagando arriendo.
El joven también les aseguró a Joffer, de 14 años; Nicol, de 11, y Gabriela de 9, sus hermanos menores, que les daría la ropita de Noche Buena y Año Nuevo.
La mamá espera que las autoridades contribuyan de manera unánime en la búsqueda.