Para Juan Carlos Mora pararse en la sala de las ruinas de su casa y ver lo que eran sus electrodomésticos y muebles, que con tanto esfuerzo compró para poder darle una mejor calidad de vida a Josefina Mora, su madre; ahora son cenizas. Ellos lo perdieron todo debido a un incendio en la madruga del pasado domingo.
La conflagración inició sobre las 11:00 de la noche. A esa hora el hombre, de 54 años y fotógrafo de profesión, estaba durmiendo junto con su mamá en su casa ubicada en la calle 14 con avenida 8 del barrio Panamericano, cuando un cortocircuito en el taco de energía los despertó.
Ambos observaron como el cableado de la deteriorada vivienda era consumido por la candela y se acercaba hacia ellos. Para mala suerte de ambos, en el lugar había una abundante cantidad de papel periódico y cartón, que él recicla, además de que los muebles eran de madera, lo cual facilitó que el fuego consumiera la infraestructura. La cama de madera donde dormía su madre fue uno de los puntos que se quemó más rápido.
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“El colchón se quemó totalmente. Qué peligro donde mi mamá hubiera estado sola acostada. Gracias a Dios yo llegué a las 4:00 de la tarde y me estuve con ella hasta que sucedió todo” aseguró.
Los gritos de auxilio de Juan Carlos y la mujer, de 80 años, alertaron a los vecinos, quienes por suerte se alertaron rápidamente y consiguieron sacarlos por una malla de alambre que rompieron, evitando que la candela los matara.
“Nosotros nos despertamos y córrale a sacarlos. A Josefina la alzamos y la pasamos para la otra casa. Ellos se están quedando donde otros vecinos que les colaboran con la comida mientras logran alzar de nuevo la vivienda” explicó un vecino.
Los valientes vecinos también se atrevieron a cerrar la llave de paso del contador de gas natural, evitando una explosión. “Donde eso no lo hubieran hecho la casa explota y se agranda el problema” comentó Juan Carlos.
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Luego de que los dos afectados fueron evacuados de la zona de emergencia, miembros del Cuerpo de Bomberos de Cúcuta arribaron a la zona para controlar el incendio. Según se supo, reducir las llamas fue una titánica labor que se prolongó por más de dos horas en que los expertos lucharon porque las viviendas cercanas no se vieran afectadas.
Solo pérdidas materiales
Juan Carlos admite que la fuerte lluvia, que azotó a la ciudad en esa noche de Día de los Niños, impidió que la candela se expandiera por la maleza que hay alrededor de donde se produjo el incendio y afectara a los vecinos.
“El fuego de milagro no afectó las otras casas, ya la candela estaba tocando el techo de la casa vecina” explicó.
Para madre e hijo es una verdadera pesadilla perderlo todo, porque las llamas les arrebataron las fotografías de sus mejores recuerdos, sus muebles que tanto les costó comprar, además que con el incendio se perdió su cámara fotográfica, con la que trabajaba a diario, única fuente de trabajo. Por lo mismo, su labor en el 31 de octubre; con la fotografía de los niños disfrazados en el barrio Aeropuerto, se perdió.
“Me tocará pedirle a los clientes que me entiendan y si no creen que vengan y vean como quedó toda mi casa. Esperar que me ayuden en todo este proceso porque la estructura toca reconstruirla”, dijo, en medio de su tristeza.
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Por el momento, él se encuentra en la casa de una vecina junto a su madre, quien padece alzheimer, enfermedad que afecta en su mayoría a los ancianos y les impide recordar ciertas partes de su vida.
La Opinión se contactó con Huber Plazas, secretario de la Secretaría de Gestión de Riesgos de Cúcuta, pero luego de varios mensajes de WhatsApp y llamadas telefónicas, no hubo respuesta ante las posibilidades de apoyar a los afectados.
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