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Primero murió el tío, ahora su sobrino de 12 años
El viernes pasado, en el barrio Tasajero, ocurrió el ataque a bala.
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Sábado, 14 de Agosto de 2021

La sombra de la muerte regresó a los Avellaneda 19 años después de perder a uno de sus seres queridos. Desde la noche del viernes 6 de agosto, entre los miembros de esta familia solo existe dolor, lágrimas, temor y luto, por cuenta de la violencia.

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Un pistolero que se movilizaba en una motocicleta se encargó de accionar su arma para recordar la huella mortal que existe en esta familia.

A las 7:20 de la noche, de ese día, cuando Almeiro Enrique Avellaneda Delgado, arribaba a su casa, junto con su familia, luego de asistir a una misa en conmemoración de la muerte de su papá, ocurrió el ataque a bala que lo dejó sin vida frente a su vivienda.

“Ocurrió el mismo día y a la misma hora de la muerte del papá”, dijo una familiar.

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En medio del ataque indiscriminado a bala, un sobrino de Avellaneda, de 12 años, que lo estaba esperando para compartir en familia, recibió un impacto en la cabeza, por lo que tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde permaneció en Unidad de Cuidados Intensivos hasta ayer, cuando finalmente murió.

Un doble dolor, en tan solo una semana ha tenido que soportar esta familia, que solo encuentra en los abrazos y los gestos de cariño el consuelo para sobrellevar la marca de la muerte.

“El niño era un ángel, con sueños, no merecía eso”, dijo una familiar de las víctimas, mientras adelantaba los trámites para reclamar el cadáver del menor.

Sin amenazas

Los dolientes aseguraron que desconocen problemas o amenazas contra Almeiro Enrique, por lo que no entienden qué pudo desencadenar el hecho.

“En su oficio no tenía amenazas ni había sido víctima de extorsión”, recordó una familiar.

Según los familiares, Almeiro era comerciante informal y trabajaba con su esposa. Dejó tres hijos, entre estos, dos niñas menores de edad.

Asimismo, aclararon que él no se dedicaba a la compra-venta de vehículos y tampoco comercializaba chivos.

“Él tenía una parcela y criaba los chivos, pero era para el consumo familiar, para cuando hacíamos las reuniones y preparábamos una cena”, dijo una de las hermanas.

Del pistolero

El homicida arribó a la calle 23 con avenida 4, del barrio Tasajero, donde está ubicada la casa de las víctimas y cuando vio que Almeiro se bajó de su carro Chevrolet Spark, de color amarillo, no dudó en acercársele y dispararle. Él recibió  dos balazos en la cabeza y la espalda.

Hasta el cierre de esta edición, las autoridades no habían reportado ninguna captura sobre este doble crimen, ni sobre los móviles que desencadenaron el hecho de violencia.

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