Desde hace diez meses, los días son más largos y transcurren lentamente para Sandra Milena Flórez, una madre venezolana, de 38 años, que hoy tiene su alma desquebrajada y su corazón partido.
Le puede interesar: Deudas rondan desaparición de patrullero
Ella cada mañana se despierta con la esperanza de salir a la calle y conocer qué pasó con su hijo, pues desde noviembre de 2020 no sabe dónde está.
Sandra sale a caminar todas las mañanas por las calles de Cúcuta, llevando varios volantes con la foto de su hijo, de 20 años. En paredes o postes de concreto pega las hojas donde también aparece su número de celular, mientras insistentemente le pregunta a la gente, sin importar que no la conozcan, si han visto a su hijo, pero lamentablemente, la respuesta siempre es la misma: nadie sabe algo de él.
Al no tener noticias de su hijo, la mujer se aferra a Dios y solo le pide que lo vuelva a ver pronto.
El 10 de noviembre del año pasado fue la última vez que vieron a Reinaldo Jesús Márquez Flórez. Una cámara de seguridad de un establecimiento, ubicado en la calle 5 con avenida 4, en el centro de Cúcuta, captó al joven, a las 6:00 de la tarde, cuando se encontraba por ahí y, al parecer, estaba herido en su pierna derecha.
Al indagar más, la angustiada madre conoció que algunas personas vieron que Reinaldo tenía una prenda amarrada al pie y se estaba desangrando. Unos comerciantes que conocían al joven le habrían preguntado por la herida y él les contestó que se la ocasionó su jefe, por haber tomado un dinero sin permiso.
Las personas que habrían dialogado con Márquez Flórez le aseguraron a su mamá que él siguió caminando, mientras buscaba dinero para ir a la casa de su hermano, que vive en El Zulia, ese fue el último momento que Reinaldo fue visto.
“Él todos los días me escribía, cuando desapareció yo estaba en Venezuela, me di cuenta de que algo no estaba bien, porque llevaba tres días sin mandarme mensajes, entonces llamé a su hermano menor que trabaja en El Zulia como barbero y al no tener tampoco información, a los 15 días viajé a Cúcuta para buscarlo, ya llevo 10 meses de estar aquí y no hay una respuesta clara”, señaló Sandra Flórez.
Las circunstancias del hecho que rondan la desaparición, luego de meses de investigaciones judiciales encargadas por la Fiscalía, siguen siendo desconocidas para la madre, que asegura que no ha sido llamada por ninguna institución para conocer el avance de su denuncia.
Lo que se sabe
La madre afirmó que Reinaldo Márquez vivía en El Zulia con su papá y hermano, y todos los días salía a vender aguacates.
Días antes de su desaparición, el papá avisó que se mudaría a Bogotá para trabajar con unos familiares y le preguntó a sus hijos que si se marchaban con él, pero ambos se negaron a hacerlo. Reinaldo dijo que no, porque tenía una novia, y el hermano menor, por su trabajo estable como barbero en ese municipio del área metropolitana de Cúcuta.
Al irse su padre, aseguró Sandra Milena, Reinaldo Jesús quedó sin empleo y a los días le ofrecieron una oportunidad laboral otra vez como verdulero.
“Mi hijo me comentó que el jefe le dijo que pagara una habitación por 15 mil pesos el día y fuera a vivir a Las Américas en un cuarto, entonces se fue a vivir con su novia. A los cuatro días de haberse mudado a ese lugar, no supe más de él. Cuando me contacté con el jefe de mi hijo, para pedirle información, me respondió de forma grosera”, comentó Flórez.
Una red de apoyo
Milena, que trabaja cubriendo turnos en panaderías de manera irregular, ha caminado por las rutas en las que el joven transitó durante esos cuatro días de trabajo, a la espera de una mano amiga que le dé información de su paradero.
Le puede interesar: Llegó a la cita en La Esmeralda y lo mataron a bala
Hace siete meses creó un grupo en Facebook para expandir su radio de búsqueda y apoyar otros casos de índoles similares, a la fecha el grupo ‘Migrantes Venezolanos Desaparecidos’ cuenta con 10.600 usuarios y es considerado por la madre como una red de apoyo y escucha.
“Está difícil seguir viviendo en la ciudad, porque hay muy poco trabajo, me han ofrecido oportunidades laborales en Bogotá, pero no quiero irme así como llegué, sin saber nada. El hombre que contrató a mi hijo, en algunos de los mensajes que intercambiamos, dijo que mi hijo estaba debajo de un puente viviendo como un drogadicto, pero he bajado muchas veces al canal y sigue sin aparecer. Yo solo quiero una respuesta de su paradero, para al menos llorarlo si es que ya no está con nosotros”, concluyó entre lágrimas Sandra Flórez.
Si alguna persona tiene una información del joven, puede comunicarse con la Policía al 123.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion