Miguel Sebastián Melano Torres, de oficio zapatero; Óscar Eduardo Sandoval Higuera, docente, y Gino Álvarez Vergel, ornamentador, para muchos de sus conocidos y familiares estaban en el lugar equivocado y cerca de la persona que no debían, pues cuando un grupo de pistoleros llegó a asesinar al vendedor informal Rodrigo Alberto Herrera, los tres amigos también cayeron muertos en la masacre que se registró la tarde de ayer, en el barrio Pueblo Nuevo.
Tras las detonaciones de las balas que acabaron con la vida de las víctimas, vinieron los gritos de auxilio que lanzaron algunos habitantes de este sector de Cúcuta, para que las autoridades llegaran con las ambulancias rápidamente hasta la avenida 9 entre calles 0 y 1, donde ocurrió este lamentable hecho.
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A muchos residentes de este lugar se les entrecortaba la voz cuando suplicaban la presencia de la Policía, por medio de mensajes de WhatsApp, pues guardaban la esperanza de que Melano, Sandoval y Álvarez se salvaran de ese ataque indiscriminado que se registró hacia las 3:55 de la tarde.
El ajetreo que se vive a diario en esta zona que colinda con los barrios Carora y El Callejón, alrededor de la Terminal de Transporte, dejó de ser normal y pasó a convertirse en un escenario de terror, donde solo quedaron sangre, vainillas y miedo.
Según se conoció, cinco pistoleros que se movilizaban en un taxi, llegaron a ese sitio, se bajaron y luego de ubicar a Rodrigo Herrera, uno de ellos le apuntó y comenzó a dispararle, sin importarle que cerca de él hubiera más personas.
Miguel Melano, Óscar Sandoval y Gino Álvarez como estaban en una de las casas de ellos y se encontraban cerca del vendedor informal, intentaron correr, pero los pistoleros también los atacaron, agudizando aún más la situación.
Herrera murió tras recibir varios disparos. El cuerpo sin vida quedó al lado de un coche en el que llevaba cigarrillos, dulces y paquetes de papas fritas, que a diario vendía por este sector.
Mientras que Miguel Sebastián, Óscar Eduardo y Gino alcanzaron a ser llevados al Hospital Universitario Erasmo Meoz y la Unidad Básica Loma de Bolívar, para intentar salvarles la vida, pero minutos más tarde fallecieron.
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La masacre hizo que se desplegara un fuerte dispositivo de seguridad de la Policía, entre esto, el coronel Juan Carlos Restrepo Moscoso, quien fue asignado por el director de la institución como el nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
Los investigadores de la Sijín y Sipol, al igual que unidades del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), asumieron las pesquisas del hecho, mientras que los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) practicaron la inspección técnica en el lugar del suceso y la recolección de las evidencias que dejaron los homicidas.
Se conoció que las autoridades recolectaron al menos 17 vainillas calibre 9 milímetros que quedaron esparcidas por el sector.
¿Por quién iban?
En las primeras pesquisas que adelantaron las autoridades, se estableció que, presuntamente, los homicidas llegaron inicialmente con la intención de asesinar a Rodrigo Herrera, al parecer, por un tema de microtráfico.
Sin embargo, a medida de que avancen las investigaciones las autoridades podrán establecer los móviles y las causas de esta masacre.
Según se conoció, Miguel Melano, Óscar Sandoval y Gino Álvarez eran amigos y al parecer, compartían el gusto por la música.
Algunos usuarios de la red social Facebook dejaron mensajes de rechazo por el hecho y resaltaron las cualidades de las víctimas.
“Ellos se reunían en ese lugar todos los fines de semana a tomarse unas cervezas, a escuchar rock y a conversar entre amigos”, dijo un conocido de los tres hombres.
Sandoval, quien era conocido como ‘Oscarín’, tocaba el bajo y participaba en varias bandas de rock de la ciudad, mientras alternaba con las clases de matemáticas que dictaba especialmente en la ciudadela Juan Atalaya.
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De sus dos amigos se conoció que eran trabajadores y que no tenían problemas con nadie. Algunas personas que conocieron a los tres hombres, insistieron en que las autoridades deben investigar de manera exhaustiva este hecho y descartar la participación de ellos en cualquier disputa por el control del microtráfico.
Por ahora, los investigadores judiciales avanzan en las pesquisas para esclarecer los móviles y las circunstancias en las que ocurrió el hecho de sangre.
‘Saúl’ vs ‘Cúcuta’
El centro de la capital de Norte de Santander está siendo azotado por nuevas generaciones de bandas delincuenciales dedicadas al microtráfico, lo que ha arrojado hechos de violencia en el último mes, como el ocurrido en la avenida 7 con calle 7, hace diez días, en el que resultaron seis hombres heridos, tras un ataque a bala.
Además, ese tarde, los técnicos antiexplosivos tuvieron que destruir de manera controlada una granada que quedó abandonada en la escena del ataque.
La Policía aseguró en ese momento que, en el centro se está librando una disputa a sangre y fuego entre dos microtraficantes conocidos como ‘Saúl’ y ‘Cúcuta’, este último, detenido en la Penitenciaría de la capital del departamento.
“Después de ese suceso se intensificaron las acciones de seguridad en la avenida 7 y en los alrededores del parque Lineal, pero estas estructuras intentan ganarse los territorios y se expanden hacia los sectores que colindan con su zona de fortín”, explicó una fuente judicial.
