La muerte no se quiere ir de la trocha La Marina, ubicada en La Parada, Villa del Rosario. El retumbar de las balas en esa zona de frontera se volvió costumbre para los finqueros y ahora residentes venezolanos, que levantaron a la orilla de una quebrada, ranchos improvisados de palos y cobijas, para vivir allí sin importarles que quedan a la merced de los violentos.
Precisamente el miércoles, hacia las 8:30 de la mañana, dos balazos sonaron en ese sector fronterizo con San Antonio del Táchira (Venezuela), en inmediaciones de una finca llamada Tres Esquinas y minutos después un transeúnte de ese lugar, halló el cadáver de un hombre.
De inmediato a la línea telefónica de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) alertaron y tras verificar comprobaron el hecho.
Lo hallado
Adentrarse a ese lugar boscoso es recorrer al menos un kilómetro y medio de carretera, pero el panorama cambia al ingresar a la parte trasera de la finca, donde hay lodo, barro y monte.
Eran las 10 de la mañana. Dos patrullas de la Mecuc y el vehículo de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) estaban parqueados en esa zona para adelantar la inspección técnica a cadáver.
El cuerpo de la víctima quedó bocarriba a 246 metros de la línea fronteriza, que divide a Colombia con Venezuela. Estaba descalzo. Solo traía puesta una pantaloneta azul clara con una franja roja a los lados. Dos heridas de bala eran evidentes, una atravesó su frente y otra su boca.
Las autoridades no pudieron identificar a la víctima en ese lugar solitario, pero si encontraron a un lado, dos vainillas percutidas.
Dos estrellas a lado y lado del pecho, más unas pequeñas aves y una frase, tenía como tatuajes el hombre asesinado. En su brazo derecho también estaban marcadas otras tres estrellas, así como en ambas manos había otros dibujos.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, en Cúcuta, a la espera de ser reconocido y reclamado por los dolientes.
Muerte y más muerte
Aunque las autoridades han querido controlar estos pasos ilegales fronterizos, en La Marina no hay quien ponga freno. Solo entre octubre y noviembre, han asesinado a cinco hombres.
El pasado viernes 2 de octubre, las autoridades se desplazaron a ese sector para el levantamiento de un hombre también de aspecto joven y que apareció con dos impactos de bala en la cabeza. Vestía pantaloneta azul, camisa blanca, tenis gris con naranja y medias blancas.
Hace tres semanas otro hombre fue asesinado y de la misma forma, con dos disparos en la cabeza.
El jueves 12 de noviembre, Cristian Alberto Gutiérrez, alias Cuello, y otro hombre conocido como Carlos Eduardo Rodríguez Alvarado, más conocido como Carlos Atmósfera, aparecieron asesinados uno cerca del otro, justo antes de terminar la vía pavimentada.
Pese a estos hechos lamentables que se han registrado en el último mes, la Policía de Villa del Rosario no ha querido tener un patrullaje constante por ese sitio. Además, las tropas del Ejército que fueron asignadas para esa zona fronteriza tampoco se ven por el lugar.