Este domingo, a las 6:15 de las mañana, en Guadalajara, México, falleció "el último rey del mariachi", Vicente Fernández.
Más allá de su legado como ídolo de la música popular mexicana, la trayectoria musical de Fernández dejó hitos económicos en la industria, con cifras históricas de ventas de discos, y conciertos que se llenaban a tope.
De hecho, de acuerdo con las cifras del portal Celebrity Net Worth, que estima los activos totales y actividades financieras de las celebridades, el cantante mexicano acumulaba una fortuna de cerca de US$25 millones.
Su legado económico llegó gracias a los más de 50 álbumes que produjo y a su aparición en más de 30 películas, dentro de las que se destacan títulos como 'El Tahur', 'Acorralado', 'El diablo, el santo y el tonto' y 'Tacos al carbón'.
Sin embargo, su fortuna también es producto de varios negocios que van más allá de su carrera musical. Dentro de ellos, el cantante tenía un negocio de cría de caballos miniatura e incursionó en la industria licorera, pues tenía su propia marca de tequila, llamada 'Los 3 Potrillos', cuya botella de edición limitada cuesta US$100.
Así mismo, era dueño de “Stars Productions”, compañía que representa a Alejandro Fernández y otros artistas. Y, dentro de la misma industria, tenía un centro de espectáculos, llamado Arena VFG (Vicente Fernández Gómez).
También se destaca la empresa de taxis aéreos 'El Caminante', que creó junto a su hijo, Alejandro Fernández, y que alquila aviones Learjets 45, principalmente a artistas.
El cantante también recibía regalías por su legado musical. De acuerdo con Billboard, en toda su carrera vendió más de 75 millones de álbumes.
No obstante, los primeros salarios del músico estaban muy lejos de las ventas que logró en su apogeo. De hecho, según lo que contaba el cantante en entrevistas, en sus primeras presentaciones solo recibía cerca de 35 pesos mexicanos.
Su carrera comenzó a despegar después de su llegada a Ciudad de México, donde empezó a actuar con mariachis y, luego, con el productor y presentador mexicano Raúl Velasco, una época en la que empezó a abrirse paso en las disqueras.
Después de forjar un nombre y de convertirse en un hito latinoamericano de la música popular mexicana, varios medios internacionales han estimado que el "Charro de Huentitán" ganaba cerca de 2,5 millones de pesos mexicanos por cada concierto, es decir, aproximadamente $465,24 millones cada vez que se subía al escenario.
El público pagaba sus boletas no solo para escuchar a Fernández, sino para ver todo un espectáculo, que a veces incluía la opción de que el cantante saliera montando a caballo.
El 16 de abril de 2016 se llevó a cabo el último concierto del Fernández, titulado “Un azteca en el Azteca”, el cual se realizó en el Estadio Azteca, en Ciudad de México.
Para ese entonces, el cantante mexicano tenía 76 años y cantó sus éxitos por más de cuatro horas, ante más de 100.000 asistentes.
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Diario La República