Angie Juliana Escobar Rincón se ha dejado seducir por el color y vive inmersa en ese mundo donde explora texturas, figuras, lienzos, muros, telas y todo lo que se deje transformar.
Su viaje con el dibujo empezó desde muy niña cuando jugaba con los pinceles y se salpicaba con las explosiones de colores que conseguía de las témperas y acrílicos que diluía en el agua.
Sin embargo, ahora que tiene 27 años, Angie Juliana recuerda con mucha nitidez su inclinación por hacer cosas en carboncillo.
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La artista cucuteña estudió en el colegio Sagrados Corazones la primaria y bachillerato.
Luego decidió estudiar Diseño Industrial en la Universidad de Pamplona, sede Villa del Rosario, “porque buscaba una carrera que me ayudara a potenciar la creatividad y vi perfecta esta opción”. Y no se equivocó.
Angie Escobar saltó del carboncillo a las pinturas acrílicas “y el color se apoderó de todo mi mundo”, reconoce ahora que está en todo su esplendor.
Y dice que el tema del arte y la pintura se volvió mucho más serio desde el 2018 “cuando decidí abrir un Instagram dedicado a mostrar mi arte, varias personas se interesaron en él y empezaron a llegar los encargos. En un inicio solo hacía cosas que la gente me pedía, porque identificarse en una sola línea gráfica es todo un camino de exploración”.
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Al cabo de un tiempo “empecé a explorar también el arte digital, y al finalizar el pregrado tuve la oportunidad de ser docente de la UDES (Universidad de Santander) durante dos años en la carrera de Diseño Gráfico dando clases de dibujo y otras materias a fin”. También trabajó en un proyecto “muy chévere junto con la gobernación de Norte de Santander y Corporaliarse dando clases de forma virtual en temas de innovación”.
Escobar Rincón no se sentía satisfecha con lo que hacía y decidió viajar a Bogotá a estudiar una maestría en Creación Artística en la Universidad Jorge Tadeo Lozano “porque buscaba terminar de definir mi estilo artístico. Ya van tres semestre de esto y puedo decir que me identifico con el estilo impresionista porque me encantan los paisajes, los cielos y me considero muy fanática de los atardeceres, tanto así que mi proyecto de grado está relacionado con esto, definitivamente me apasionan los colores, pero a su vez me identifico con lo minimalista y abstracto”.
Actualmente, Angie Juliana se dedica tiempo completo al arte haciendo ilustraciones digitales, murales, lienzos y en otros espacios de pintura organiza talleres “en el que puedo compartir mi conocimiento y a su vez integrarme con personas que buscan un escape de la rutina a través del arte”.
La cucuteña ha tenido la oportunidad de exponer en Bogotá a través de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en la Biblioteca Museo Casa Lleras.
Considera que “las redes sociales son un gran plus para quienes saben sacarle el máximo provecho, estar presente en ellas hace que muchas más personas puedan conocer mi trabajo, que se sientan identificados y que puedan conocer mejor el proceso de un proyecto”.
En este largo transcurrir ha tenido tiempo para estudiar y conocer a artistas que han hecho camino y dice que admira a muchos artistas y “gracias a la maestría he podido conocer muchos referentes entre esos Olafur Eliasson, un artista danés que trabaja con la luz, el agua y varios elementos.
También a James Turrel, un artista estadounidense que también trabaja con la luz y el espacio y artistas colombianos como Beatriz Gonzales, Alejandro Obregón, Fernando Botero entre otros y en general favoritos de la historia, Monet, Van Gogh, William Turner”.
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La cucuteña aprovecha las redes sociales para plasmar cada momento y apuntarle a un pensamiento. Por ejemplo, escribió al lado de un video en donde se aprecian gigantes pinturas colgadas en un negocio de la ciudad en donde se aprecia el frente de la Catedral San José y el Monumento Histórico Cristo Rey, entre otros, en donde postea: “Que felicidad plasmar lugares de Cúcuta a mi estilo para lugares tan increíbles, gracias a @yujerssimeneses e @ivancarrascal por escogerme para poner arte en su proyecto! “.Y en una foto donde aparece dictando un taller, Angie Escobar escribió: “Enseñar y compartir algunas fotos del segundo taller de pintura y vino”. Y mientras tanto sigue disfrutando su nuevo mundo donde vive: el color.
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