La bacterióloga Claudia Hurtado sacó a relucir su gusto por la música durante este confinamiento y armó una banda familiar y abrió en su casa un espacio para practicar y ensamblar.

Recuerda que en la Universidad Industrial Santander, donde estudió Bacteriología,  perteneció al coro, pero por el trabajo, por el hogar, por sus hijos, fue aplazando esa  otra vocación.

Sin embargo, a sus hijos les inculcó  la música. “Los hacía escuchar mucha música, la misma que me gustaba ya fuera en la grabadora o en el equipo (un poco mas sofisticado después) . A mi hijo mayor le gustó tocar la guitarra acústica,  perteneció por un año a una iglesia cristiana donde tocaba guitarra y cantaba, pero después abandonó el grupo  y hasta ahí llegaron sus impulsos por la música”.

“Hacía algunos años  había comprado un teclado pensando en poder tomar algunas clases, y para aspirar por lo menos a que en mi edad mayor no sufriera de artritis en las manos…pero nunca lo hice. ‘No había tiempo’; era un teclado sencillo de bajísima gama y  lo dejé olvidado, en el puesto, mucho tiempo.

Un día iba saliendo de mi casa cuando oí sonar el piano, me pregunté: ¿quién estará tocando ese teclado? Y qué sorpresa cuando me di cuenta que era Santiago, mi hijo menor, y le pregunté  qué cómo hizo para tocar esa melodía y me dijo que la había escuchado ahí, sacada de las memorias del teclado”.

Ahí comprendíó que lo debía matricular  para que estudiara música, “pero que no fuera a abandonar sus estudios (las madres siempre seremos controladoras).Entonces lo matriculé en la escuela de Héctor Defex”.

Estudió aproximadamente 3 o 4 años “y un día me invitó  a una clase  para que me diera la posibilidad de aprender a tocar batería”.

La batería le parecía  un instrumento muy fácil a pesar de no haber tenido nunca uno entre sus manos. “Fuimos a la clase y pensaba que por mi edad, de pronto el profesor no fuera a tenerme en cuenta. Llevaba ese temor. Pero la sorpresa fue que me dio un recibimiento como a cualquier otro alumno.

“Le dije que quería tocar algo de batería para poder acompañar a mi hijo en la guitarra con canciones cómo “Corazón espinado de Maná” y él respondió: o sea que usted quiere ser una de las mejores bateristas de América Latina.

Estando  en la escuela, después de varias clases, vi un teclado. Entonces le pregunté al profesor que si me enseñaba a tocar ese instrumento (porque el fuerte de él es la guitarra, Walter Córdoba es uno de los rockeros pesados más conocidos de Cúcuta). Me respondió que me enseñaba solamente lo básico, lo elemental. Así es que empecé a recibir clases de piano en el 2019, luego de abandonar la batería”.

Como había más alumnos se integraron en la escuela Héctor Defex. Los alumnos estudiaban batería y guitarra. Se intercambiaban los instrumentos y comenzó a formarse el grupo  “y ese fin de año del 2019 tuvimos una presentación en un parque en Cúcuta. Fue un éxito.  A petición del público quisimos hacer otra presentación en marzo del 2020, pero  se declaró la cuarentena. Por esa misma época mi hijo conoció a un profesor de música que enseñaba a tocar teclado y empezó a dictarme clases en el 2020.
 
Cuando  llegó la cuarenten invitamos al profesor a pasarla en  casa, como unas vacaciones. Así fue que comenzó la banda familiar ‘Enarmonía:  Santiago,mi hijo menor, en la guitarra; mi hermana,  María  del Rosario, cantaba y yo en el teclado. Incluso, participamos en un concurso en una emisora con un video cantando en familia y montamos la canción ‘Hakuna Matata’ y ese video duró, en primer lugar, unos días.

En esas ‘vacaciones’ subimos algunos videos a internet para que  familiares que están en otras ciudades y países nos vieran y así  darnos ánimo y que tomáramos conciencia de este encierro tan triste  y que tratáramos de aprovechar el tiempo al máximo. Con varias canciones montadas decidimos presentarnos este año en público para el Día de la Madre en el Parque del Agua, el 29 de mayo.

Creo, entonces, que la edad no es un obstáculo que interfiera en poder hacer lo que siempre se ha querido. La música es muy llamativa para mi espíritu para mis sentimientos para el estar bien para la calma interior para la salud física y mental. El ‘profe’ nos escribe el cifrado de las canciones que vamos a cantar y las ensamblamos. Tenemos una clase a la semana de dos horas y un ensamble de cuatro horas”.

Claudia Hurtado, quien también ejerce la bacteriología, adaptó un espacio en su casa “para el estudio musical que tiene su cabina, la insonorización que requiere, están también los equipos que se necesitan y es allí donde ensayamos, donde ensamblamos y hago lo que más me gusta: la música”. 

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