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El camino no ha sido fácil. Durante este largo recorrido ha encontrado
tropiezos, momentos difíciles, que ha tenido que superar.
Su busto se encuentra dando la espalda a la Quinta Yesmín, pero con la mirada fija al frente, a la casa en donde , 1958, empezó su hazaña junto a Alirio Sánchez, Eduardo Silva Carradini, Virgilio Barco Vargas y su hermano León Colmenares, de consolidar un periódico para los nortesantandereanos.
Eustorgio Colmenares Baptista fue enclavado a la entrada de La Opinión, periódico que dos años después (1960) tomó forma, fuerza, y salió en brazos de voceadores a recorrer las escasas calles, que para esa época, tenía Cúcuta.
Se fue regando la noticia de su nacimiento, como el acontecimiento que marcara el Siglo XX. Hoy, 50 años después, sigue galopante, ensanchándose, en la casa de quien su último dueño (Eustorgio Colmenares) la tomara en arriendo y después comprara en $150.000 y pagara en cuatro cuotas.
El camino no ha sido fácil. Durante este largo recorrido ha encontrado tropiezos, momentos difíciles, que ha tenido que superar. El 12 de marzo de 1993 estremecieron su estructura, su corazón, callaron con balas a su voz, a su inspirador, a su dueño.
Pese a ese dolor, las máquinas de escribir siguieron su ritmo, armando, entre palabras y palabras, la noticia de su crimen, imprimiéndolas en la rotativa Harris V15-A, que él mismo había adquirido en 1984, dejando atrás, la Goss, la prensa Duplex y la impresora de pliego.
El periódico ya circ laba todos los días, porque hasta diciembre de 1992, no salía los domingos. Su hijo José Eustorgio Colmenares Ossa abandonó su consultorio de cardiólogo para asumir las riendas de la criatura que consolidó su padre y que había llegado a su edad adulta.
Enfrentó otro reto: la amenaza de destrucción con una bomba que venía metida en una maleta y que el celador Oscar Acevedo le ganó la partida a los desconocidos para que no ingresaran a cumplir su cometido. Sin embargo, la dejaron abandonada en la entrada y la policía logró neutralizarla con la ayuda del robot Andro. Eso ocurrió a las 12:00 de la noche del 20 de noviembre de 2002.
Otra mala pasada le jugó el destino: el 6 de agosto de 2005, 37 días después de la celebración de los 45 años, empezó arder el segundo piso donde funciona la oficina del director.
La cañabrava, y el cielorraso de icopor, avivaron la candela que arrasó con el mezzanine de madera y alcanzó el techo de la vecina pieza donde funcionaba la sala de la redacción.
Pero como el Ave Fenix surgió de entre las cenizas y ese mismo sábado, en una acción titánica, se acondicionaron otras secciones para que los periodistas pudieran registrar la noticia. Ya no se escribió en máquinas.
La Opinión se había sistematizado y se usaron computadoras, que se habían adquirido a mediados de 1994. Se aprovechó para que su hermano Raúl Colmenares Ossa, junto al arquitecto Álvaro Hernández Valderrama, reconstruyeran con un toque moderno, pero guardando la esencia de la centenaria casa.
Hace seis meses, el 3 de junio, empezaron a sonar las campanas de su cumpleaños. Se había retocado la Quinta Yesmín, que se puso un vestido de color palo rosa, se llenaron de flores sus rincones, se brilló el viejo linotipo que reposa como pieza de museo, se despejó el largo pasillo donde siempre estuvo la rotativa, que fue trasladada, a un espacio más amplio, a lo que en otrora era la casa contigua, propiedad de la familia Palacios, se alistaron las mesas del comedor en un gran salón, donde se suelen hacer las reuniones de redacción, y conferencias, para recibir a los ilustres visitantes, propietarios, directores, subdirectores y delegados de otros periódicos de la región y de San Cristóbal, Venezuela, la directora de Andiarios y enviados especiales de agencias internacionales.
La celebración de los 50 años no fue con pompa, sino sencilla, pero muy significativa. Contó con la presencia del entonces Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.
El acto se llevó a cabo en el Club Comercio, porque había espacio para albergar a los 500 invitados.
Sin embargo, en la Quinta Yesmín se vivió un ambiente de fiesta, donde la sinfonía de fondo la constituía el sonido de las teclas de los pórtatiles y computadoras.
Cronología
* El 15 de junio de 1960, La Opinión empezó a circular como diario.
* Inicialmente se imprimió en los talleres del padre Daniel Jordán.
* Los primeros equipos se compraron a la revista Cromos.
* A mediados de 1965 se trasteó para la avenida 4 calle 16, Quinta Yesmín.
* Desde 1980 es socio-fundador de la agencia nacional Colprensa.
* En diciembre de 1992 empezó a circular los domingos.
* A finales de 1993 circularon fascículos coleccionables.
* En 1997 creó sus propias enciclopedias dedicadas a la región.
* En 1999 se inició la página web: www.laopinion.com.co
* En el 2005 se importó de los EEUU el primer CTP.
* En el 2008 se amplió la rotativa que pasó de 5 unidades a 12.
* El 29 de marzo nació otro hijo: el periódico Q´hubo.
* Su nómina de planta es de 200 empleados y otros 300 indirectos.
Su busto se encuentra dando la espalda a la Quinta Yesmín, pero con la mirada fija al frente, a la casa en donde , 1958, empezó su hazaña junto a Alirio Sánchez, Eduardo Silva Carradini, Virgilio Barco Vargas y su hermano León Colmenares, de consolidar un periódico para los nortesantandereanos.
Eustorgio Colmenares Baptista fue enclavado a la entrada de La Opinión, periódico que dos años después (1960) tomó forma, fuerza, y salió en brazos de voceadores a recorrer las escasas calles, que para esa época, tenía Cúcuta.
Se fue regando la noticia de su nacimiento, como el acontecimiento que marcara el Siglo XX. Hoy, 50 años después, sigue galopante, ensanchándose, en la casa de quien su último dueño (Eustorgio Colmenares) la tomara en arriendo y después comprara en $150.000 y pagara en cuatro cuotas.
El camino no ha sido fácil. Durante este largo recorrido ha encontrado tropiezos, momentos difíciles, que ha tenido que superar. El 12 de marzo de 1993 estremecieron su estructura, su corazón, callaron con balas a su voz, a su inspirador, a su dueño.
Pese a ese dolor, las máquinas de escribir siguieron su ritmo, armando, entre palabras y palabras, la noticia de su crimen, imprimiéndolas en la rotativa Harris V15-A, que él mismo había adquirido en 1984, dejando atrás, la Goss, la prensa Duplex y la impresora de pliego.
El periódico ya circ laba todos los días, porque hasta diciembre de 1992, no salía los domingos. Su hijo José Eustorgio Colmenares Ossa abandonó su consultorio de cardiólogo para asumir las riendas de la criatura que consolidó su padre y que había llegado a su edad adulta.
Enfrentó otro reto: la amenaza de destrucción con una bomba que venía metida en una maleta y que el celador Oscar Acevedo le ganó la partida a los desconocidos para que no ingresaran a cumplir su cometido. Sin embargo, la dejaron abandonada en la entrada y la policía logró neutralizarla con la ayuda del robot Andro. Eso ocurrió a las 12:00 de la noche del 20 de noviembre de 2002.
Otra mala pasada le jugó el destino: el 6 de agosto de 2005, 37 días después de la celebración de los 45 años, empezó arder el segundo piso donde funciona la oficina del director.
La cañabrava, y el cielorraso de icopor, avivaron la candela que arrasó con el mezzanine de madera y alcanzó el techo de la vecina pieza donde funcionaba la sala de la redacción.
Pero como el Ave Fenix surgió de entre las cenizas y ese mismo sábado, en una acción titánica, se acondicionaron otras secciones para que los periodistas pudieran registrar la noticia. Ya no se escribió en máquinas.
La Opinión se había sistematizado y se usaron computadoras, que se habían adquirido a mediados de 1994. Se aprovechó para que su hermano Raúl Colmenares Ossa, junto al arquitecto Álvaro Hernández Valderrama, reconstruyeran con un toque moderno, pero guardando la esencia de la centenaria casa.
Hace seis meses, el 3 de junio, empezaron a sonar las campanas de su cumpleaños. Se había retocado la Quinta Yesmín, que se puso un vestido de color palo rosa, se llenaron de flores sus rincones, se brilló el viejo linotipo que reposa como pieza de museo, se despejó el largo pasillo donde siempre estuvo la rotativa, que fue trasladada, a un espacio más amplio, a lo que en otrora era la casa contigua, propiedad de la familia Palacios, se alistaron las mesas del comedor en un gran salón, donde se suelen hacer las reuniones de redacción, y conferencias, para recibir a los ilustres visitantes, propietarios, directores, subdirectores y delegados de otros periódicos de la región y de San Cristóbal, Venezuela, la directora de Andiarios y enviados especiales de agencias internacionales.
La celebración de los 50 años no fue con pompa, sino sencilla, pero muy significativa. Contó con la presencia del entonces Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.
El acto se llevó a cabo en el Club Comercio, porque había espacio para albergar a los 500 invitados.
Sin embargo, en la Quinta Yesmín se vivió un ambiente de fiesta, donde la sinfonía de fondo la constituía el sonido de las teclas de los pórtatiles y computadoras.
Cronología
* El 15 de junio de 1960, La Opinión empezó a circular como diario.
* Inicialmente se imprimió en los talleres del padre Daniel Jordán.
* Los primeros equipos se compraron a la revista Cromos.
* A mediados de 1965 se trasteó para la avenida 4 calle 16, Quinta Yesmín.
* Desde 1980 es socio-fundador de la agencia nacional Colprensa.
* En diciembre de 1992 empezó a circular los domingos.
* A finales de 1993 circularon fascículos coleccionables.
* En 1997 creó sus propias enciclopedias dedicadas a la región.
* En 1999 se inició la página web: www.laopinion.com.co
* En el 2005 se importó de los EEUU el primer CTP.
* En el 2008 se amplió la rotativa que pasó de 5 unidades a 12.
* El 29 de marzo nació otro hijo: el periódico Q´hubo.
* Su nómina de planta es de 200 empleados y otros 300 indirectos.