Las fuerzas de seguridad rodearon a cientos de manifestantes la noche del lunes en un barrio de Rangún, capital económica de Birmania, alertó la ONU, luego de que tres manifestantes opositores a la junta militar murieran durante el día.
La policía comenzó a disparar y realizó detenciones, lamentó la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en Twitter.
Periodistas de la AFP escucharon varias detonaciones.
Los opositores están cercados en el barrio de Sanchaung, donde numerosas manifestaciones han discurrido en los últimos días.
"Acabo de escaparme de Sanchaung. Muchos jóvenes están bloqueados por la policía y el ejército", dijo Maung Saungkha, uno de los líderes de la protesta, que pidió "ayuda" a la comunidad internacional.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exigió la "liberación" de "cientos de manifestantes atrincherados en complejos de apartamentos residenciales" en Rangún, "de forma segura, sin violencia ni arrestos".
Entre ellos, figuran "mujeres que querían manifestarse pacíficamente para conmemorar el Día Internacional de la Mujer", precisó su portavoz, Stéphane Dujarric, ante la prensa.
La ONU teme que las fuerzas de seguridad birmanas vayan de casa en casa en busca de los manifestantes.
Tres manifestantes muertos
Tres manifestantes prodemocracia habían perdido la vida horas antes en Birmania, donde bancos, comercios y fábricas cerraron tras el llamado a reforzar la huelga para asfixiar a la economía y presionar a los militares.
Empleados públicos, agricultores y trabajadores del sector privado participaron junto a activistas en concentraciones en todo el país contra el golpe de Estado del 1 de febrero.
En Myitkyina (centro) hubo varias detonaciones e imágenes difundidas en las redes sociales mostraron manifestantes cubiertos de sangre.
"Dos hombres murieron" y otras personas resultaron heridas, entre ellas una mujer de gravedad, dijo un socorrista. Una religiosa católica se arrodilló en plena calle y le suplicó a los policías que no dispararan, según imágenes difundidas por un medio local.
En Pyapon, unos 100 km al sur de Rangún, capital económica, un hombre de 30 años fue alcanzado por una bala en el estómago y murió, informó un testigo, quien agregó que otros dos manifestantes fueron heridos de bala.
Asalto a la prensa
Por otro lado, las fuerzas de seguridad allanaron la sede del medio de comunicación Myanmar Now y se llevaron ordenadores, servidores informáticos y una impresora, dijo a la AFP su redactor jefe, Swe Win.
Más tarde le fue revocada la licencia de publicación a Myanmar Now, al igual que a los medios independientes Mizzima, DVB, Khit Thit y 7 Day, tras una orden del Ministerio de Información, según la emisora estatal MRTV.
Minorías étnicas se sumaron a la protesta. Cerca de Dawei (sur), cientos de miembros de la etnia karen se manifestaron, pidiendo "terminar con la dictadura". Numerosas mujeres marcharon en el Día Internacional de la Mujer.
Las fuerzas de seguridad se desplegaron en varios barrios de Rangún y ocuparon hospitales públicos. La oenegé Physicians for Human Rights condenó esa acción y dijo estar "consternada por esta nueva ola de violencia".
La junta advirtió que los diputados que no reconocen su legitimidad son culpables de "alta traición", delito sancionable con la pena de muerte o 22 años de prisión.
Más de 50 muertos y 1.800 detenidos deja el golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de la Premio Nobel de la Paz de 1991, Aung San Suu Kyi.
La junta cuestiona las elecciones legislativas de noviembre que ganó el partido de Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), y promete otros comicios pero no ha fijado una fecha.