Hacia las 4:00 de la tarde de este viernes, en uno de los barrios que colinda con el aeropuerto internacional Camilo Daza, de Cúcuta, sonaron más de una docena de disparos, mientras que el helicóptero 007 de la Fuerza Aérea Colombiana iba pasando.
Las detonaciones de inmediato alarmaron a quienes viven en esos humildes sectores que bordean la terminal aérea y quienes estaban afuera de sus casas, corrieron a esconderse, pues sabían que estaba pasando algo que los pondría en riesgo.
Y fue así. Los disparos fueron hechos contra el helicóptero que transportaba al presidente de la República, Iván Duque, a los ministros del Interior, Daniel Palacios, y de Defensa, Diego Molano; al gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, al alcalde de Cúcuta Jairo Yáñez, y otros funcionarios.
Todos ellos regresaban de Sardinata, donde estuvieron todo el día en una jornada en el marco del programa Paz con Legalidad en el Catatumbo Sostenible.
Un hecho sin precedentes
El atentado contra el helicóptero en el que viajaba el mandatario de Colombia, con parte de su comitiva, además de dimensionar el alcance de los grupos armados ilegales, también estuvo a punto de generar una tragedia.
Un experto en aeronaves aseguró que los impactos que recibió el helicóptero de la Fuerza Aérea Colombiana causó daños en la cubierta del paso del rotor de la cola, además, perforaron las palas (las que dan el movimiento continuo de rotación) del rotor principal y de cola.
El ataque no fue más grave, porque el rotor de la cola de la aeronave no se frenó, debido a que solo perforó las palas.
“Si el disparo hubiera afectado el link de paso y hubiera frenado el rotor de la cola, la aeronave no hubiera podido sostenerse y hubiese caído de inmediato”, explicó el experto.
El mismo presidente Duque aseguró, minutos después de aterrizar de emergencia en el aeropuerto internacional, que la reacción del dispositivo aéreo de seguridad que lo acompañaba, como la capacidad de la aeronave impactada, evitó que el ataque hubiera sido letal.
El mandatario calificó como “un ataque cobarde”, la acción de los grupos armados ilegales que delinquen en esta zona de frontera.
Además, insistió en que se mantendrá la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y contra los grupos criminales en el territorio nacional.
“Quiero reiterar que no nos amedrantan con violencia ni actos de terrorismo. Nuestro Estado es fuerte y Colombia es fuerte, seguiremos trabajando todos los días”, dijo el presidente Duque.